Investigadores de LSTM – Liverpool School of Tropical Medicine, en colaboración con colegas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en Kenia y EE.UU., y del Instituto de Investigación Médica de Kenia han encontrado que un nuevo fármaco puede ser más eficaz en la prevención de la malaria en mujeres embarazadas, sobre todo donde lo que existe es la resistencia a los tratamientos actuales.
El Profesor Feiko ter Kuile – LSTM, que estudia la malaria en el embarazo, fue el autor principal del estudio que ha sido publicado en la revista The Lancet. El estudio evaluó la eficacia y seguridad de dos estrategias alternativas en comparación con el tratamiento estándar recomendado para la prevención de la malaria en 1.546 de las mujeres embarazadas y con VIH-negativas en el oeste de Kenia.
La infección por malaria durante el embarazo es un importante problema de salud tanto para la madre como para el feto. Se la ha asociado con anemia crónica en la madre, y con la pérdida del embarazo debido a abortos involuntarios o mortinatos o con bajo peso al nacer en los embarazos que resultan en nacidos vivos, lo que a su vez se traduce en un mayor riesgo de muerte infantil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las mujeres en áreas de transmisión de malaria establecidas reciban tratamiento preventivo intermitente durante el embarazo (TPI), con la sulfadoxina-pirimetamina, un medicamento antipalúdico (SP). Sulfadoxina-pirimetamina es actualmente el único medicamento contra la malaria que es recomendado por la OMS para esta estrategia IPTp, sin embargo los altos niveles de resistencia del parásito de la malaria a esta droga amenazan su eficacia.
Este estudio se centró en dos alternativas para la estrategia de tratamiento recomendado, el cribado intermitente con pruebas de malaria rápidas de diagnóstico (PDR) y el tratamiento de las mujeres RDT-positivas con la nueva droga dihidroartemisinina-piperaquina (ISTP-DP) y el tratamiento preventivo intermitente con dihidroartemisinina-piperaquina ( TPI-DP). Se encontró que había más casos de malaria con ISTP-DP en comparación con la estrategia IPTp-SP existente, sin embargo, había una instancia mucho más baja de la malaria en el grupo tratado TPI-DP.
Esto equivalía a una reducción del 84% en la incidencia de malaria clínica durante el embarazo, una reducción del 68% en el riesgo de infección de la malaria en el parto y un riesgo 22% menor de la anemia en el parto. TPI-DP también se asoció con un riesgo hasta un 75% menor de muertes fetales y la mortalidad infantil temprana que con SP. El medicamento era seguro y muy bien tolerado por las mujeres embarazadas.
El profesor ter Kuile dijo:. «La malaria en el embarazo sigue siendo un importante problema de salud pública, y en zonas de alta resistencia a la sulfadoxina-pirimetamina, está claro que se necesita un tratamiento alternativo. Nuestro estudio mostró que los enfoques de prueba y el tratamiento no son una alternativa adecuada, al menos no con la actual generación de pruebas de diagnóstico rápido que todavía escapan a muchas infecciones, sin embargo, es un signo positivo de la prevención con el nuevo fármaco dihidroartemisinina-piperaquina que le fue bien en el estudio, y podría ser una alternativa prometedora a SP-sulfadoxina-pirimetamina, tras una mayor investigación. «