Para los pacientes con fatiga relacionada con el cáncer, es probable que el ejercicio sea el último en la lista de actividades atractivas. Sin embargo, según un nuevo estudio, la actividad física es la mejor manera de combatir este efecto secundario común.
Los investigadores compararon una variedad de tratamientos para la fatiga relacionada con el cáncer para encontrar que el ejercicio o las intervenciones psicológicas se comportaron mejor, mientras que los tratamientos con fármacos fueron menos efectivos.
Sobre la base de sus hallazgos, los autores sugieren que los médicos deben recomendar ejercicio o terapias psicológicas a los pacientes con fatiga relacionada con el cáncer en el primer caso, en lugar de recurrir a los medicamentos.
El autor principal Karen Mustian, Ph.D., profesor asociado en el Programa de Control del Cáncer del Departamento de Cirugía del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York, y colegas, publicaron recientemente sus hallazgos en JAMA Oncology.
La fatiga es el efecto secundario más frecuente en los pacientes tratados por cáncer. Además del cansancio y la falta de energía, la fatiga relacionada con el cáncer puede causar confusión, irritabilidad, mala memoria y depresión.
Esto no sólo puede reducir la calidad de vida de los pacientes al impedirles participar en actividades cotidianas, sino que también puede desalentarlos de completar su tratamiento contra el cáncer.
Las guías actuales sugieren que el ejercicio, la medicación y las intervenciones psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, pueden ser eficaces para reducir la fatiga relacionada con el cáncer, pero ¿cuál es el mejor tratamiento? Mustian y sus colegas decidieron responder a esta pregunta.
Ejercicio más eficaz que la medicación
Los investigadores analizaron datos de 113 ensayos clínicos aleatorios que evaluaron los efectos de la actividad física, la medicación y las intervenciones psicológicas, así como una combinación de actividad física e intervenciones psicológicas sobre la fatiga relacionada con el cáncer.
En total, los estudios incluyeron a 11.525 pacientes con edades comprendidas entre 35 y 72 que habían sido diagnosticados con cáncer, todos los cuales tenían fatiga relacionada con el cáncer. Casi la mitad de los estudios consistió en mujeres con cáncer de mama, mientras que 10 de los estudios incluyeron hombres con otros tipos de cáncer.
Los investigadores encontraron que el ejercicio y las intervenciones psicológicas eran igualmente eficaces para reducir la fatiga relacionada con el cáncer, según lo determinado por las medidas de diversas evaluaciones de fatiga – incluyendo la Escala de Fatiga Piper y el Inventario de Fatiga Multidimensional.
Los tratamientos farmacológicos, que incluían Modafinilo y Ritalin, resultaron ser menos efectivos que el ejercicio y las intervenciones psicológicas.
Sobre la base de estos hallazgos, el equipo dice que los médicos deben centrarse menos en la recomendación de tratamientos farmacológicos para los pacientes con cáncer relacionados con la fatiga, y más en la actividad física y terapias psicológicas.
«La literatura confirma que estas drogas no funcionan muy bien aunque se prescriben continuamente», dice Mustian. «Los pacientes de cáncer ya toman muchos medicamentos y todos ellos vienen con riesgos y efectos secundarios, así que cada vez que se pueda restar un producto farmacéutico de la imagen, suele beneficiar a los pacientes».
«Si un paciente de cáncer está teniendo problemas con la fatiga, en lugar de buscar tazas extras de café, una siesta o una solución farmacéutica, considere una caminata de 15 minutos.
Es un concepto muy simple, pero es muy difícil para los pacientes y la comunidad médica envolver sus cabezas alrededor de ella porque estas intervenciones no han sido de frente y centro en el pasado. Nuestra investigación da a los clínicos un activo valioso para aliviar la fatiga relacionada con el cáncer», dijo Karen Mustian, Ph.D..
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