Los investigadores han utilizado una «citocina de diseño» para regenerar los nervios lesionados en la médula espinal de ratones con paraplejía. El tratamiento restauró la capacidad de caminar después de solo 2 a 3 semanas.
Después de una lesión, las neuronas de los adultos no regeneran naturalmente sus axones, las largas proyecciones que transportan las señales nerviosas desde el cerebro a través de la médula espinal hasta los músculos.
Esto ayuda a explicar por qué las lesiones de la médula espinal a menudo provocan una discapacidad grave y permanente, incluida la parálisis de la mitad inferior del cuerpo, conocida como paraplejía.
Durante décadas, los científicos han investigado formas de regenerar neuronas, pero actualmente no existe una cura para la paraplejía.
En 2013, neurocientíficos en Alemania publicaron un estudio que mostraba que una proteína de señalización inmune, o citocina, llamada interleucina-6 (IL-6) podría promover la regeneración de los axones del nervio óptico en cultivos de laboratorio.
La IL-6 puede tener varios efectos sobre el sistema inmunológico, como estimular la liberación de plaquetas para permitir la formación de coágulos de sangre. Pero la investigación de 2013 sugirió que también podría facilitar la curación de las células nerviosas.
Sin embargo, un obstáculo se refería a cómo administrar la citocina a partes inaccesibles del sistema nervioso central que son críticas para restaurar el movimiento.
Otra dificultad es que la IL-6 natural tiene un efecto estimulante relativamente débil sobre la regeneración nerviosa.
Ahora, miembros del mismo equipo y colegas, todos con base en la Universidad Ruhr de Bochum, en Alemania, han desarrollado una técnica que ofrece una versión de «diseñador» de IL-6 en lo profundo del sistema nervioso central.
Han probado su técnica en ratones con paraplejía como resultado de una lesión grave de la médula espinal, con resultados prometedores.
El estudio ha sido publicado en Nature Communications.
Potente efecto estimulante
En investigaciones anteriores, el equipo demostró que la interleucina artificial, llamada hiper-IL-6, tiene un efecto estimulante más poderoso sobre la regeneración molecular que la IL-6 natural.
En el nuevo experimento, utilizaron un virus modificado genéticamente para introducir las instrucciones genéticas para producir hiper-IL-6 en neuronas motoras en una región externa del cerebro llamada corteza sensoriomotora.
La ventaja de este enfoque de «terapia génica» es que permite que las células infectadas con el virus produzcan su propia hiper-IL-6.
Luego, la proteína se distribuye a través de axones ramificados a partes más distantes e inaccesibles del sistema nervioso central que son esenciales para el movimiento, donde desencadena la regeneración.
“Por lo tanto, el tratamiento con terapia génica de solo unas pocas células nerviosas estimuló la regeneración axonal de varias células nerviosas en el cerebro y varios tractos motores en la médula espinal simultáneamente”, explica el autor principal, el Dr. Dietmar Fischer.
Los animales paralizados que recibieron una sola inyección del virus comenzaron a caminar nuevamente después de 2 a 3 semanas.
“Esto fue una gran sorpresa para nosotros al principio, ya que nunca antes se había demostrado que fuera posible después de una paraplejía total”, dice el Dr. Fischer.