En un nuevo estudio del Lawson Health Research Institute, el Dr. Joseph Torchia ha identificado una nueva vía genética que influye en la propagación de células cancerosas. El descubrimiento de este mecanismo podría conducir a nuevas vías de tratamiento.
La investigación sugiere cambios en la genética juega un papel en este proceso, sin embargo, poco se sabe sobre el mecanismo. En un nuevo estudio dirigido por el Dr. Torchia y sus colegas, una hormona llamada factor de crecimiento transformante beta (TGF-β) está empezando a mostrar las respuestas. Utilizando la secuenciación genética, se analizaron los efectos del TGF-β en la metilación del ADN para revelar un camino nunca antes visto.
Cuando el TGF-β se pone en contacto con una célula que activa el gen supresor de tumores, que impide que las células de dividir. De acuerdo con el grupo del Dr. Torchia, ZNF217, un gen que causa cáncer, puede interferir con este proceso mediante la unión al ADN. Esto impide que los genes supresores de tumor de activación, y las células continúan dividiéndose.
Estos resultados caracterizan a los procesos dinámicos que subyacen a la división celular, lo que sugiere influyentes genéticos deben ser equilibrados para mantener la división celular bajo control. Lo más importante, dar esperanza a las nuevas terapias contra el cáncer.
«Este vínculo entre la metilación y TGF-β-nunca se ha demostrado antes», dice el Dr. Torchia. «Si entendemos cómo la metilación está regulada, e identificar la maquinaria que está involucrado, podemos ser capaces de dirigir algunos de los mecanismos terapéuticos y girar de nuevo en estos genes para combatir el cáncer.»