Los científicos del Centro Médico de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz, en Alemania, identificaran una nueva estrategia para dirigir el relevante la proteína del Taspase1. Los niveles Taspase1 no sólo se elevaran en las células cancerosas de los pacientes con tumores de cabeza y cuello y otros tumores malignos sólidos, pero la enzima también es fundamental para el desarrollo de leucemias.
Las proteasas no sólo están involucradas de manera significativa en los procesos fisiológicos en el cuerpo sano, como la coagulación de la sangre, sino que también juegan un papel crítico en enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y las enfermedades infecciosas. Los inhibidores de la proteasa ya han sido desarrollados y están siendo utilizados en contra de algunas de estas enzimas «que causan enfermedades», con éxito variable en las clínicas. Sin embargo, un representante de esta familia de proteínas, en particular – la proteasa Taspase1 – aun no.
«Los investigadores de todo el mundo estan preocupados. En este momento no tenemos ninguna droga que pueda inhibir Taspase1 y todavía no entiendo con suficiente detalle cómo esta enzima realmente funciona», dice Stauber.
Hace casi diez años, el equipo encontró mayores niveles de Taspase1 en las células cancerosas de los pacientes con tumores de cabeza y cuello. En ese momento, la función de la proteasa en las células tumorales y su importancia para la enfermedad era todavía desconocida. Los recientes hallazgos apoyan la importancia oncológica de Taspase1 en tumores sólidos y leucemias. Taspase1 parece anular los mecanismos de control en las células sanas mediante la escisión varias otras proteínas, así de manera significativa la promoción del desarrollo del cáncer.
Por lo tanto, los investigadores identificaran un enfoque completamente nuevo para el desarrollo de fármacos que pueden ser utilizados para inhibir Taspase1. «Ahora estamos en busca de sustancias químicas que podrían funcionar como «adhesivos de Taspase1 molecular», añade Stauber. Como parte de la Iniciativa química lo que se llama biomedicina, los científicos están apostando por productos químicos de gran repertorio en la naturaleza. «Los productos naturales para los hongos y las esponjas marinas son una fuente privilegiada para los posibles nuevos fármacos. Evolución ya pre-comprobado las cualidades biológicas de las sustancias químicas de este tipo en los organismos vivos. Por lo tanto, tenemos una buena oportunidad de encontrar las trampas químicas adecuadas», predice Stauber. «La plataforma de robótica en el Centro de Detección de Mainz junto con nuestros ensayos Taspase1 jugará un papel de liderazgo en la búsqueda de la «aguja en el pajar».