La Alzheimer’s Association ha creado una lista de señales de advertencia para la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de enfermedades neurodegenerativas. Cada persona puede experimentar una o más de estas señales y experimentar grados diferentes. La Fundación Pasqual Maragal, dice: “somos nuestro cerebro. Es el centro de nuestra personalidad y el Alzheimer nos la arrebata. Es un cerebro lesionado (…) El resultado es que la persona enferma tiene olvidos, se desorienta, deja de comunicarse y necesita ayuda para realizar sus actividades del día a día”.

Esta enfermedad es una de las grandes epidemias del siglo XXI – una de las más crudas y duras para los familiares y amigos de los afectados. La observación inicial es de suma importancia para prevenir y detectar sus etapas iniciales y así actuar lo antes posible.

Prevención

El cerebro es uno de los grandes desconocidos y quedan muchas cuestiones por descubrir. Sin embargo las investigaciones relativas al Alzheimer han conseguido grandes avances y sí han podido establecer cierta relación entre algunas prácticas y una disminución de la probabilidad de padecer esta enfermedad, o por lo menos retrasar su aparición.

La conexión entre las enfermedades cardiovasculares y el cerebro es clave. La hipertensión, la diabetes, la obesidad o el colesterol, son patologías íntimamente relacionadas con estilos de vida poco saludables, que podrían potenciar el alzheimer, según un interesante artículo publicado por el diario El Mundo en 2014. Una dieta sana, peso adecuado, actividad física y alejarse del alcohol o el tabaco son algunos de los hábitos preventivos a tener muy en cuenta.

Al activar tu cuerpo, estarás activando tu mente – los dos necesitan ejercitarse -. La importancia del ejercicio va más allá de conseguir un peso adecuado o el cuerpo deseado (aunque también estos puntos tienen su cabida y consideración). La actividad física reduce notablemente las demencias (entre las que se encuentra el Alzheimer). No tengáis miedo al deporte, existen muchísimas alternativas, como salir a dar un paseo – caminar -, bailar, hacer yoga, pilates, bicicleta… Simplemente tenemos que escoger entre los que mejor se adapta a nuestra condición física y preferencias.

Aunque los efectos de la alimentación sobre el Alzheimer no han sido objeto clave de estudio, algunos científicos han podido demostrar que ciertos alimentos, como las manzanas, las fresas, las zanahorias, los cítricos, el brócoli, las calabazas, las uvas, los tomates, los pescados y las legumbres albergan propiedades tremendamente beneficiosas y protectoras contra la demencia, y sobre todo frente al Alzheimer.

El Cerebro es un músculo –  hay que ejercitarlo

Cuando conocemos a una persona mayor y muy activa lo primero que pensamos es que a él la vida ha sido afortunada. Pero no es una casualidad y probablemente haya sido (o siga siendo) una mente curiosa, activa, haya aprendido idiomas, sea un fan de los crucigramas o no deje los libros ni un segundo, o de todas formas, siempre ha ejercitado su mente.

Por último, dicho artículo de El Mundo pone de manifiesto lo esencial de una vida social intensa. Este consejo no deja de estar relacionado con la actividad física y mental, ya que “socializar implica muchas cosas: desplazarte a un lugar, conversar con otras personas, escuchar lo que dicen, dar argumentos en un sentido o en otro…”

Alzhéimer en sus etapas iniciales

Bright Focus Foundation trata las diferentes fases del alzheimer en su página Web. En la inicial, podremos observar:

1. Reducción de la energía y espontaneidad.

2. Pérdida de memoria ocasional.

3. Cambios bruscos de humor.

4. Sensación de frustración y enfado constantes.

5. Lentitud a la hora de reaccionar ante situaciones novedosas o aprender.

6. Difícil comprensión del material escrito.

7. Preferencia por los ambientes familiares y cómodos.

8. Aislamiento y dificultad para comunicarse.

9. Mala organización, planificación y orientación.

10. Disminución en el rendimiento de trabajo.

Lo importante es estar atento a cualquier cambio que se produzca en nuestros mayores, y así recurrir a los profesionales de la salud que mejor podrán diagnosticar una posible enfermedad, mientras tanto, si ejercitas tu cuerpo, también ejercitas tu mente, y siempre será el mejor consejo.

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