La tos, sibilancias y otros síntomas respiratorios pueden ser aterradores, especialmente cuando ocurren con frecuencia. Puede ser consecuencia de un simple resfriado o de algo que podría agravarse con el tiempo. Es importante observar muy de cerca su evolución y consultar a un profesional de la salud.
Tanto el asma como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) pueden causar síntomas respiratorios graves. Saber la diferencia entre las dos es clave para un tratamiento eficaz.
Para hacer un diagnóstico, los médicos evaluarán los síntomas de una persona, su historial médico y realizarán un examen físico. Las personas que tienen problemas respiratorios pueden obtener un diagnóstico más rápido y preciso al proporcionar detalles claros sobre sus síntomas, estilo de vida y problemas médicos.
Las personas con asma tienen vías aéreas hinchadas y sensibles. Esta inflamación hace que las vías respiratorias sean más reactivas, haciendo que los músculos se aprieten y la producción de moco aumente. La hinchazón, el moco y el endurecimiento dificultan la respiración, causando un ataque de asma, pero estos cambios son reversibles y se vienen y se van.
Los síntomas de un ataque de asma pueden incluir:
Algunas personas experimentan signos de advertencia antes de un ataque de asma, como dificultad para dormir, tos, ansiedad y cambios en el estado de ánimo.
Una serie de desencadenantes pueden causar un ataque de asma y los desencadenantes varían de persona a persona. Muchas personas con asma tienen alergias, por lo que los alérgenos son un desencadenante común.
Otros desencadenantes incluyen:
La gravedad y la duración de los ataques de asma varían. En casos extremos, los ataques de asma pueden ser fatales. La mayoría de las personas con asma necesitan llevar un inhalador de rescate para controlar sus ataques. Los inhaladores de rescate contienen un broncodilatador de acción rápida que abre las vías respiratorias, facilitando la respiración.
La EPOC es una enfermedad progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo. Al igual que las personas con asma, las personas con EPOC tienen dificultad para respirar, tos y sibilancias. La EPOC, sin embargo, produce cambios progresivos en las vías respiratorias que hacen que sea más difícil para una persona respirar. A diferencia del asma, estos síntomas no van y vienen.
En la EPOC, los pequeños sacos de aire en los pulmones se vuelven menos elásticos, lo que hace difícil para los pulmones de tomar oxígeno. Los sacos de aire también pueden inflamarse, haciendo que la respiración sea aún más difícil.
Las personas con EPOC también suelen producir más mucosidad en las vías respiratorias y los tubos respiratorios. Este moco hace que la respiración sea aún más difícil porque obstruye parcialmente las vías respiratorias.
En lugar de una sola enfermedad, la EPOC es en realidad un grupo de trastornos que dificultan la respiración. Las formas primarias de EPOC son:
En muchos casos, las personas con EPOC tienen ambos trastornos.
El asma es una de las condiciones médicas crónicas más comunes, afectando a 25 millones de personas en los Estados Unidos. El asma suele aparecer en la infancia, y es más común entre las personas con antecedentes familiares de asma o alergias. Otros factores de riesgo para el asma incluyen:
La mayoría de las personas con EPOC tienen antecedentes de tabaquismo. Por lo tanto, la EPOC es más común en las personas mayores, en particular las que fumaban durante muchos años. Algunos otros factores de riesgo incluyen:
Una prueba de espirometría, o prueba de función pulmonar, puede medir cuán bien funcionan los pulmones. Los individuos soplan en el dispositivo con tanta fuerza y tanto tiempo como pueden, proporcionando información sobre cuánto aire los pulmones absorben y expulsan. Muchos médicos usan pruebas de espirometría para medir los problemas de las vías respiratorias asociadas con la EPOC y el asma.
Los factores que los médicos consideran al evaluar un diagnóstico con EPOC o asma incluyen:
Aunque un historial médico puede ayudar a diferenciar el asma de la EPOC, la investigación apunta cada vez más a la superposición significativa entre los dos. Un estudio de 2016 publicado en Chest encontró que el 15% de las personas con EPOC también tienen síntomas de asma. Esta condición se llama síndrome de superposición de asma – COPD.
El diagnóstico con cualquiera de las dos condiciones no descarta el desarrollo de otro trastorno respiratorio, por lo que los pacientes deben informar todos los síntomas a su médico.
Una serie de otros trastornos pueden causar dificultades respiratorias, por lo que es imprudente autodiagnosticarse con EPOC o asma.
Otros trastornos asociados con dificultades respiratorias incluyen:
El asma y la EPOC son afecciones crónicas que no tienen cura. El tratamiento tiene como objetivo controlar los síntomas. Las dificultades respiratorias asociadas tanto con los ataques de asma como con la EPOC a menudo requieren la combinación de inhaladores de acción corta y de acción prolongada.
Si las alergias son un desencadenante, el tratamiento de la alergia también puede ayudar. Algunas personas con asma o EPOC toman broncodilatadores de acción prolongada – medicamentos que reducen la inflamación en las vías respiratorias – lo que facilita la respiración.
Cambios de estilo de vida también pueden ayudar. Evitar la exposición a los alérgenos, dejar de fumar, hacer ejercicio y evitar enfermedades como la gripe pueden reducir los síntomas de ambos trastornos.
Los médicos pueden recomendar vacunas para la gripe, la tos ferina o la vacuna contra la neumonía para disminuir el riesgo de contraer estas infecciones. Otras vacunas pueden ser importantes también.
A medida que la EPOC progresa, la administración de los síntomas se vuelve más difícil. Algunas personas con EPOC necesitan oxígeno para respirar. La enfermedad puede ser fatal, y es la tercera causa de muerte en los EE.UU.
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