Un número de estudios han sugerido que una dieta alta en proteínas puede ayudar a la pérdida de peso. Ahora, los investigadores han arrojado luz sobre los mecanismos subyacentes de esta asociación, que puede abrir la puerta a nuevas estrategias de prevención y tratamiento para la obesidad.
En un nuevo estudio piloto, los investigadores del Imperial College de Londres en el Reino Unido, revelan cómo la fenilalanina – un aminoácido producido por la digestión de las proteínas – aumenta los niveles de una hormona que nos dice cuándo estamos plenamente satisfechos, lo que reduce la ingesta de alimentos.
El autor principal, Mariana Norton presentará los resultados esta semana en la Sociedad de Endocrinología por ocasión de su reunión anual, en el Reino Unido.
Estudios anteriores han demostrado que una dieta alta en proteínas – nutrientes esenciales que se encuentran en alimentos como la leche, el pescado, los huevos y aves de corral – puede ayudar a reducir el peso corporal mediante la supresión del apetito.
De acuerdo con Norton y su equipo, una dieta alta en proteínas puede ser difícil de cumplir, pero el descubrimiento de los mecanismos por los que el hambre puede ser frenado podría conducir a estrategias de pérdida de peso más simples.
Fenilalanina conduce a la pérdida de peso
Para su estudio, los investigadores realizaron una serie de experimentos en roedores, que involucró a probar los efectos de la fenilalanina.
La fenilalanina es un aminoácido producido en el intestino después del consumo de alimentos ricos en proteínas.
En primer lugar, el equipo administró a 10 ratones y ratas con una dosis única de fenilalanina y los compararon con los roedores que no recibieron la enzima.
Los investigadores encontraron que los ratones y las ratas tratadas mostraron un incremento en los niveles de fenilalanina A de la hormona GLP-1, que suprime el apetito, pero los niveles de la hormona grelina, la que aumenta el hambre se habían reducido.
Además, los investigadores encontraron que la fenilalanina reduce la ingesta de alimentos de los roedores y promueve el aumento de la pérdida de peso. Las ratas que recibieron el aminoácido también se han cambiado alrededor de más, y el equipo observó que pueden haber contribuido a su pérdida de peso.
A continuación, el equipo administró dosis regulares de fenilalanina a los ratones con obesidad inducida por la dieta durante un período de 7 días.
En comparación con los ratones que no fueron tratados con fenilalanina, los que recibieron el aminoácido mostraron una reducción en el peso, informan los investigadores.
Fenilalanina estimula los receptores RSCa para reducir el apetito
En un experimento final, los investigadores trataron de obtener una mejor comprensión de los mecanismos por los que la fenilalanina afecta los niveles de GLP-1 y la grelina.
En la aplicación de fenilalanina para destripar las células en una placa de Petri, el equipo encontró los objetivos de aminoácidos en el receptor llamado receptor sensible al calcio (RSCa), y esto es lo que aumenta los niveles del receptor de GLP-1 y disminuye los niveles de grelina.
La obesidad se ha convertido en un importante problema de salud pública en los Estados Unidos. Alrededor de 2 de cada 3 adultos y 1 de cada 6 niños y adolescentes son considerados obesos, lo que los pone en mayor riesgo de problemas de salud tales como diabetes, enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer.
De acuerdo con Norton y su equipo, sus resultados pueden ocupar un espacio que tanto se necesita respecto a nuevas estrategias para hacer frente a la epidemia de obesidad.
«Nuestro trabajo es el primero en demostrar que la activación de RSCa puede suprimir el apetito y que destaca el uso potencial de fenilalanina u otras moléculas que estimulan la RSCa – como las drogas o componentes de los alimentos – para prevenir o tratar la obesidad», dijo Mariana Norton.
Los investigadores señalan que se necesitan más estudios para determinar los mecanismos exactos por los que la fenilalanina puede frenar el hambre y ayudar a perder peso, y las investigaciones futuras deberían evaluar si el aminoácido plantea los mismos efectos supresores del apetito en los seres humanos como los presentados en roedores.