La investigación ha demostrado cada vez más que las consecuencias para la salud en el consumo de alcohol, la exposición al tabaco y otros comportamientos pueden afectar a la salud y el desarrollo de los hijos, incluso antes de la concepción. Ahora, un nuevo estudio arroja luz sobre los mecanismos que subyacen a este efecto, encontrando que los comportamientos de vida de un hombre, incluso pueden afectar la salud de sus nietos.
El coautor del estudio Sarah Kimmins, del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de McGill en Canadá, y sus colegas publican sus hallazgos en la revista Science.
En los últimos años, numerosos estudios han indicado que la salud de un niño puede verse afectada por los comportamientos del medio ambiente y por la forma de vida de su padre.
Sin embargo, Kimmins y sus colegas señalan que hasta la fecha, los científicos saben muy poco acerca de lo que impulsa esta asociación. La mayoría de la investigación en este campo ha visto cómo ciertos factores ambientales y de estilo de vida influyen moléculas específicas que se unen al ADN con el fin de controlar la expresión génica.
En este último estudio, sin embargo, el equipo se propuso investigar si las proteínas llamadas histonas – un componente de los espermatozoides que se transmite durante la fertilización – juegan un papel en la heredabilidad.
Los investigadores explican que las histonas – proteínas básicas, aunque distintas del ADN – se combinan con el ADN durante la formación de células. El ADN se envuelve alrededor de las histonas, que ayudan a que sean más compactas y más capaces de encajar en el núcleo de la célula.
Alteración de la histona afectó el desarrollo, la supervivencia y la descendencia de los ratones
Los investigadores usaron ratones de laboratorio en los que se modificó la información bioquímica de las histonas durante la formación de los espermatozoides – un proceso que puede ocurrir con ciertas exposiciones ambientales. A continuación, evaluaron el desarrollo y la supervivencia de dos generaciones de descendientes.
El equipo encontró que la descendencia de los ratones no sólo era propensa a los defectos de nacimiento, pero también tenía la formación ósea anormal y reducción de la tasa de supervivencia. Lo que es más, estos efectos pueden ser vistos a través de dos generaciones.
Los investigadores dicen que estaban «impresionados» por estos resultados, que indican que la modificación de algo distinto al ADN – la modificación de las histonas – juega un papel en la salud y el desarrollo de las crías.
Kimmins añade:
«El estudio pone de relieve el papel fundamental que desempeñan los padres en la salud de sus hijos e incluso nietos.
Las modificaciones químicas de las histonas son susceptibles a la exposición ambiental, y el trabajo abre nuevas vías de investigación para la posible prevención y tratamiento de enfermedades de diversa índole, que afectan a la salud a través de las generaciones «.
Al comentar sobre los resultados del equipo, el Prof. Marisa Bartolomei, de la Escuela de Medicina de Perelman en la Universidad de Pennsylvania, dice que este es el primer estudio para ofrecer una explicación «viable» de por qué los padres pueden pasar enfermedades y fenotipos perjudiciales a la descendencia en el ausencia de mutaciones genéticas.
«Esto le da a los investigadores la confianza para iniciar la retención de histonas en las células germinales masculinas como mecanismo de herencia […] y también servirá como un recordatorio a los padres a ser protectores diligentes de su línea germinal», añadió.