Un nuevo estudio sugiere que puede haber una manera sencilla de ayudar a reducir el riesgo de cáncer de hígado y extender la vida útil: consume champiñones, soya, granos enteros, queso envejecido y otros alimentos ricos en espermidina.
Los investigadores encontraron que los ratones alimentados con un suplemento oral de espermidina tenían menos probabilidades de desarrollar fibrosis hepática y carcinoma hepatocelular (HCC) – la forma más común de cáncer de hígado – en comparación con los roedores que no recibieron el suplemento.
Además, el equipo de investigación – de la Universidad Texas A & M en College Station – encontró que la espermidina aumentó la esperanza de vida de los ratones hasta en un 25%.
El coautor del estudio, Leyuan Liu, del Instituto de Biociencias y Tecnología de Texas A & M, y sus colegas, publicaron recientemente sus hallazgos en la revista Cancer Research.
La espermidina es una poliamina – un compuesto que tiene al menos dos grupos amino – que originalmente fue aislado del esperma humano, de ahí su nombre. La espermidina también se encuentra naturalmente en una variedad de productos alimenticios, incluyendo el queso envejecido, setas, legumbres, soja, granos enteros y maíz.
La espermidina tiene un papel vital en la supervivencia de la célula. Cuando está presente en la célula a niveles moderados ayuda a estabilizar la estructura del ADN y de las histaminas, protegiéndolo de las nucleasas y manteniendo su actividad de transcripción; sin embargo, un nivel alto de poliaminas provoca la apoptosis de la célula debido al estrés oxidativo generado por la acumulación de peróxido de hidrógeno por el catabolismo de las mismas.
Investigaciones previas han sugerido que la espermidina dietética puede tener beneficios para la salud. Un estudio publicado en Nature Medicine el año pasado, por ejemplo, concluyó que la suplementación oral de espermidina se asoció con mejor salud del corazón y la longevidad en ratones, mientras que un estudio más reciente vinculó el compuesto a la presión arterial reducida.
Para este último estudio, Liu y sus colegas investigaron si la espermidina podría tener propiedades anti-cancerígenas.
Suplementación con espermidina llevó a un «aumento dramático» en la longevidad
Para alcanzar sus resultados, los investigadores dieron un suplemento de espermidina oral a los ratones que estaban predispuestos a desarrollar HCC o fibrosis hepática – es decir, una acumulación de tejido cicatricial en el hígado que puede conducir a cáncer de hígado.
No sólo los ratones eran menos propensos a desarrollar HCC o fibrosis hepática que los roedores que no recibieron el suplemento de espermidina, pero también se encontró que vivieron mucho más tiempo.
«Es un aumento dramático en la vida útil de modelos animales, tanto como un 25%», dice Liu. «En términos humanos, eso significaría que en lugar de vivir a unos 81 años de edad, el estadounidense promedio podría vivir por encima de los 100.»
Los autores señalan que el aumento del 25% en el tiempo de vida sólo se observó en los ratones que tenían suplementos de espermidina durante toda la vida. Los roedores que recibieron el suplemento más tarde en la vida experimentaron un aumento del 10% en la longevidad.
Una estrategia novedosa para prolongar la vida
En investigaciones anteriores, Liu y su equipo encontraron que la falta de autofagia -el proceso por el cual las células «comen» sus propios desechos- contribuyó al desarrollo del cáncer.
En este estudio, los investigadores encontraron que los beneficios de la espermidina disminuyeron en ausencia de una proteína llamada MAP1S, que se sabe que desencadena la autofagia. Como tal, el equipo especula que los efectos protectores del cáncer del compuesto se reducen a su mejora de la autofagia relacionada con MAP1S.
Se necesitan más estudios para determinar la seguridad y la eficacia de la suplementación con espermidina en seres humanos, pero el equipo cree que podría ofrecer beneficios significativos para la salud.
«Piensen: si añadimos espermidina a cada botella de cerveza, podría equilibrar el alcohol y ayudar a proteger el hígado», dice Liu.
«Todavía es temprano, pero tal vez un día este enfoque proporcione una estrategia novedosa para prolongar la vida, prevenir o revertir la fibrosis hepática, y prevenir, retrasar o curar el carcinoma hepatocelular en humanos», concluyó Leyuan Liu, Ph.D..