Un nuevo estudio sugiere que una dieta libre de gluten puede plantear graves riesgos para la salud, después de encontrar que el patrón de alimentación puede aumentar el riesgo de exposición al arsénico y al mercurio.
La coautora del estudio, María Argos, profesora asistente de epidemiología de la Universidad de Illinois, en Chicago (UIC), y sus colegas, recientemente informaron de sus hallazgos en la revista Epidemiology.
Una dieta libre de gluten excluye los alimentos que contienen gluten – una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno, así como los subproductos de estos granos.
Para las personas con enfermedad celíaca – una condición autoinmune por la que la ingesta de gluten lleva a daño intestinal – una dieta sin gluten es el único tratamiento para la condición.
Sin embargo, según una encuesta de 2012, alrededor del 28-30% de nosotros restringimos nuestra ingesta de gluten o evitamos el consumo de la proteína completamente, incluso en ausencia de sensibilidad al gluten.
La harina de arroz es un sustituto común para el gluten en muchos productos sin gluten. Argos y sus colegas señalan que el arroz puede bio-acumular arsénico, mercurio y otros metales tóxicos potencialmente dañinos procedentes del agua, suelo o de los fertilizantes utilizados.
La exposición a estos metales se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades.
«A pesar de un cambio tan dramático en la dieta de muchos estadounidenses, se sabe poco sobre cómo las dietas sin gluten pueden afectar la exposición a los metales tóxicos encontrados en ciertos alimentos», señalan los autores.
Con el objetivo de investigar el vínculo entre las dietas sin gluten y la exposición a metales tóxicos, Argos y su equipo analizaron los datos de 7,471 individuos que formaron parte de la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición entre 2009 y 2014.
Los investigadores identificaron a 73 participantes entre 6 y 80 años que informaron que siguieron una dieta libre de gluten.
Se tomaron muestras de sangre y orina de todos los participantes y se evaluaron los niveles de arsénico y mercurio.
Los investigadores encontraron que los niveles de cada metal tóxico eran mucho más altos entre los sujetos que siguieron una dieta libre de gluten que aquellos que no comían productos sin gluten. Los niveles de mercurio fueron 70% más altos en la sangre de los sujetos libres de gluten, mientras que los niveles de arsénico en la orina fueron casi dos veces más altos.
Según Argos, estos hallazgos sugieren que puede haber «consecuencias no deseadas al seguir una dieta sin gluten», aunque se necesitan más estudios para confirmar si este es el caso.
Los investigadores añaden que:
«Con la creciente popularidad de las dietas sin gluten, estos hallazgos pueden tener importantes implicaciones para la salud, ya que los efectos en la salud de la exposición a bajo nivel de arsénico y mercurio de las fuentes de alimentos son inciertos, pero pueden aumentar el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas.
Aunque sólo podemos especular, el arroz puede estar contribuyendo a las mayores concentraciones observadas de bio-marcadores de metales encontrados en una dieta sin gluten como el principal sustituto de grano en los productos sin gluten».
Argos señala que hay regulaciones en Europa que limitan los niveles de arsénico en los productos alimenticios y sugiere que Estados Unidos podría beneficiarse de regulaciones similares.
«Regulamos los niveles de arsénico en el agua, pero si el consumo de harina de arroz aumenta el riesgo de exposición al arsénico, también tendría sentido regular el metal en los alimentos», añade.
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