La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se refiere a un grupo de afecciones crónicas que afectan el colon y el intestino delgado. Incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Las tasas de EII aumentaron drásticamente en la segunda mitad del siglo XX y continúan aumentando en ciertos países. De hecho, en los Estados Unidos, alrededor de 3 millones de adultos recibieron un diagnóstico de EII en 2015.
El reciente aumento en la prevalencia de estas condiciones sugiere que algo en la forma en que vivimos puede precipitar su aparición. Por ejemplo, los investigadores han sugerido que el aumento del consumo de carne puede ser un factor.
El aumento de los diagnósticos es una preocupación particular, ya que las personas con EII tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon, una afección con una tasa de supervivencia promedio a 5 años del 63%. El cáncer de colon también se está volviendo cada vez más común entre los jóvenes.
En un nuevo estudio que aparece en la revista iScience, investigadores de la Universidad de Carolina del Sur (USC) en Columbia probaron un enfoque novedoso para prevenir el cáncer de colon.
Trataron a ratones con el compuesto de cannabis THC, que previno eficazmente la inflamación y detuvo el desarrollo del cáncer de colon.
Los científicos basaron el estudio en modelos de ratón de cáncer de colon asociado a colitis. Trataron a algunos de los ratones con THC, mientras que los ratones del grupo de control recibieron solo un vehículo, que es similar a un placebo.
Al final del estudio, los ratones que recibieron THC no mostraron tumores, a diferencia del grupo de control. Los ratones del grupo de THC también tenían una inflamación colónica significativamente menor, que es un síntoma de la EII.
«El hecho de que pudiéramos demostrar que el tratamiento con THC previene la inflamación en el colon y al mismo tiempo inhibe el desarrollo del cáncer de colon apoya la idea de que la inflamación y el cáncer de colon están estrechamente relacionados», explica el Dr. Prakash Nagarkatti, autor principal del estudio. .
Los investigadores continuaron explorando cómo el THC puede tener este efecto. Descubrieron que el compuesto se une al receptor de cannabinoides tipo 2 (CB2), que se expresa en las células inmunes y en todo el sistema gastrointestinal.
«Por lo tanto, en [las personas] que tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon, el THC u otros agentes antiinflamatorios pueden ser beneficiosos», agrega el Dr. Nagarkatti.
Los receptores CB2 modulan la inflamación en el intestino, y los científicos los han identificado previamente como un objetivo terapéutico potencial para la EII. Este estudio proporciona una valiosa prueba de concepto para esta idea.
“[C] ompuestos que activan CB2 y no causan efectos psicoactivos pueden ser beneficiosos para prevenir la EII y el cáncer de colon”.
– El coautor del estudio, el Dr. Mitzi Nagarkatti, presidente del Centro para el descubrimiento de fármacos contra el cáncer de la USC
Los esfuerzos futuros se centrarán en el desarrollo de compuestos no psicoactivos que se dirijan al receptor CB2 para provocar efectos similares.
El estudio también proporciona amplios detalles mecánicos sobre cómo funciona la vía, mostrando que la acción de la unión del THC al receptor CB2 desencadena un proceso antiinflamatorio.
Como resultado, es menos probable que las células del intestino secreten moléculas proinflamatorias y, en cambio, secreten moléculas antiinflamatorias. Estas moléculas reclutan células T reguladoras, que son un tipo de célula inmunitaria que puede ayudar a resolver la inflamación y proteger contra el cáncer.
Estos hallazgos hacen avanzar la comprensión biológica de la EII y serán beneficiosos para los esfuerzos futuros de desarrollo de fármacos.
Es importante señalar que este estudio demuestra un efecto preventivo, pero no curativo. Esto significa que no hay evidencia que sugiera que el THC u otros agonistas CB2 puedan tratar la EII o el cáncer de colon.
Este estudio tampoco recomienda el uso de cannabis para prevenir el cáncer de colon. Simplemente indica que el desarrollo de compuestos no psicoactivos dirigidos al receptor CB2 puede ser beneficioso en personas con EII.
Autor del articulo: Eleanor Bird M.D.
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