Un grupo de científicos del Instituto del Cáncer Roswell Park de Buffal, en Estados Unidos, asegura que quienes inhalen el vapor que desprenden los cigarrillos electrónicos están expuestos a nicotina pero no a otras sustancias químicas que sí están presentes en el humo del tabaco, según los resultados de dos estudios que publica la revista ‘Nicotine and Tobacco Research’.
Los investigadores y las autoridades sanitarias están poniendo en duda la eficacia de estos dispositivos para ayudar a dejar de fumar, al tiempo que también se desconocen los efectos que pueden tener sobre la salud, tanto del que los utiliza como de quienes se exponen al vapor que desprenden, dado que contienen cantidades variables de nicotina y algunas sustancias tóxicas. Para indagar más sobre este tema, el investigador Maciej Goniewicz y su equipo realizaron dos estudios sobre la exposición pasiva a los vapores de estos dispositivos. En uno de ellos, utilizaron un cigarrillo electrónico para generar vapor en un espacio cerrado y posteriormente se midieron los niveles de nicotina, monóxido de carbono y otros gases y partículas potencialmente dañinos para la salud.
Y en el segundo estudio, incluyeron a cinco hombres que fumaban regularmente tanto tabaco como cigarrillos electrónicos. Cada uno de ellos entró en una habitación y fumó su cigarrillo electrónico durante dos intervalos de cinco minutos en una hora, mientras los investigadores medían la calidad del aire. La habitación estaba limpia y ventilada y el experimento se repitió posteriormente con el tabaco. Goniewicz había recibido financiación de una compañía farmacéutica que cuenta con tratamientos de deshabituación tabáquica mientras que otro de los autores del estudio había recibido fondos de un fabricante de estos dispositivos.
Los investigadores detectaron niveles de nicotina de 2,5 microgramos por metro cúbico de aire en el primer estudio, mientras que en el segundo los niveles alcanzaron los 3,3 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, observaron que los niveles eran diez veces más altos con el tabaco, ya que eran de casi 32 microgramos por metro cúbico.
«La exposición a la nicotina es más baja en comparación con la exposición del humo de tabaco. Y también sabemos que la nicotina es relativamente segura en comparación con otras sustancias tóxicas peligrosas en el humo del tabaco», dijo Goniewicz. Además, el estudio mostró como los cigarrillos electrónicos produjeron algunas partículas también presentes en el tabaco, pero en niveles siete veces inferiores, mientras que la cantidad de monóxido de carbono y otros gases en el aire no varió con su uso.
«Lo que encontramos es que los no usuarios de los cigarrillos electrónicos podrían haber estado expuestos a la nicotina, pero no a muchos agentes tóxicos cuando están en estrecha proximidad a los usuarios de estos e-cigarrillos», ha apuntado este experto, que insiste en que por el momento es «muy difícil» saber el impacto en la salud de esta exposición y aún se necesitan estudios adicionales.
Por ello, Goniewicz apunta a la necesidad de que las autoridades sanitarias analicen la seguridad de estos productos y los efectos que pueden ocasionar en términos de salud pública.