Todos sabemos que el consumo excesivo del alcohol es el precursor de muchas enfermedades, principalmente aquellas relacionadas con el hígado, sin embargo hay algunas afecciones relacionadas con este órgano, el hígado, que nada tienen que ver con ese hábito. Una de ellas es la Enfermedad del Hígado Graso No Alcohólico (EHGNA), y que, de esta vez, ha sido objeto de estudio por parte de los investigadores.
Aparte de los cambios de estilo de vida y la pérdida de peso, actualmente no existen tratamientos eficaces o seguros para la enfermedad de hígado graso no alcohólica. Ahora, por primera vez, los investigadores encuentran que una proteína llamada cdk4, se produce a niveles más altos en modelos de ratón y pacientes humanos con la enfermedad. También observaron que, cuando bloquearon la proteína en ratones con el uso de drogas, se redujo significativamente el desarrollo de esteatosis hepática – la primera etapa de la enfermedad.
El estudio, realizado por el Centro Médico Hospital Infantil de Cincinnati, en Ohio, se publicará en la revista Cell.
El autor principal, Nikolai Timchenko, profesor en el departamento de cirugía de la Universidad de Cincinnati y director del Programa de Biología de Tumores de hígado en el Hospital Infantil de Cincinnati, dice:
«Este es el primer estudio que muestra que la cdk4 desencadena el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, y que con la inhibición de esta enzima, se puede prevenir y revertir la primera etapa de la enfermedad.»
Hígado graso no alcohólico es la acumulación de grasa en las células del hígado que no es causada por el alcohol. Es normal que el hígado pueda contener, en sus células hepáticas, un poco de grasa, pero si el 5-10% de su peso es grasa, entonces se clasifica como hígado graso – foto de portada -.
La primera etapa del hígado graso no alcohólico – llamada esteatosis hepática – puede progresar a una condición llamada EHNA (esteatohepatitis no alcohólica) y finalmente ocurrir la fibrosis, la cirrosis y el cáncer de hígado.
El hígado graso no alcohólico tiende a desarrollarse en personas que tienen sobrepeso o son obesos, o que tienen diabetes, colesterol alto o triglicéridos altos. También puede ser el resultado de malos hábitos alimenticios y la pérdida de peso rápida.
Sin embargo, algunas personas pueden desarrollar el hígado graso no alcohólico, incluso sin estos factores de riesgo. Los cálculos sugieren que hasta una cuarta parte de los estadounidenses tienen el hígado graso no alcohólico.
El Prof. Timchenko dice que se necesitan nuevos tratamientos seguros y eficaces para el hígado graso no alcohólico. Actualmente, la única manera de tratar la enfermedad es a través de pérdida de peso y estilo de vida.
Explica que mientras que los nuevos tratamientos sometidos a ensayos clínicos actualmente están mostrando resultados prometedores, también están mostrando evidencia de efectos secundarios graves.
En su estudio, los investigadores encontraron altos niveles de una proteína llamada cdk4 – que se desencadena por una dieta alta en grasas – en modelos de ratón de hígado graso no alcohólico y en pacientes humanos con hígados grasos.
El aumento de la cdk4 provoca una cadena de eventos a través de ciertas vías que dan lugar a esteatosis hepática, fibrosis, y el carcinoma hepatocelular (HCC o cáncer de hígado), según los investigadores.
En otra parte del estudio, el equipo encontró que el bloqueo de cdk4 interrumpió las vías e impidió el desarrollo de esteatosis hepática que ocurre normalmente en ratones que han sido creados con una dieta alta en grasas.
También encontraron que la inhibición de CDK4 en hígados de ratones con esteatosis existente, invirtió la esteatosis hepática.
Los inhibidores que utilizaron en el estudio fueron flavopiridol y PD-0332991.
Los autores concluyen que el hallazgo crítico de su estudio fue identificar la elevación o la activación de cdk4 como un evento clave en el desarrollo del hígado graso no alcohólico.
Ellos sugieren que este hallazgo – junto con seguir trabajando con inhibidores de CDK4 – es probable que ofrecen una fuerte evidencia para apoyar el uso de los inhibidores de CDK4 como un tratamiento que detenga el desarrollo de esteatosis hepática, y que incluso pueda revertir la esteatosis existente.
El Prof. Nikolai Timchenko concluye:
«Los inhibidores de la CDK4 que probamos fueron previamente aprobados por la FDA y en ensayos clínicos para el cáncer de hígado, por lo que debe ser posible iniciar ensayos clínicos para el hígado graso no alcohólico con estos fármacos muy pronto.»
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