Hay una película protagonizada por Julia Roberts que se llama «Durmiendo con su enemigo», y el título no puede ser más sugestivo respecto al artículo que vamos a tratar – las enfermedades autoinmunes -.
Una enfermedad autoinmune es aquella causada por el propio sistema inmunitario, que ataca las células del propio organismo. Para ser más claro, el sistema inmunitario se convierte en el agresor y ataca y destruye a los propios órganos y tejidos corporales sanos, en vez de protegerlos. Se genera una respuesta inmune exagerada contra sustancias y tejidos que normalmente están presentes en el cuerpo.
Las enfermedades autoinmunes son algunas de las enfermedades relacionadas con el sistema inmune más problemáticas y difíciles de tratar.
Los trastornos autoinmunes pueden ser diagnosticados erróneamente o quedan sin diagnosticar durante años, debido a que muchos comparten síntomas similares. Una vez que uno es diagnosticado correctamente, un especialista ayuda al paciente a controlar su enfermedad con la terapia adecuada.
El sistema inmunológico es una red de tejidos, órganos, y células. Su papel es defender el cuerpo contra los invasores, y ofrecer la protección contra infecciones y enfermedades.
Una enfermedad autoinmune resulta de un error cometido por el sistema inmune. El sistema inmunológico del cuerpo reconoce accidentalmente las células sanas como invasoras extranjeros y comienza a atacarlas. La investigación muestra que las enfermedades autoinmunes tienden a tener componentes subyacentes: genético, racial y de género.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), alrededor de 24 millones de estadounidenses tienen, al menos, una enfermedad autoinmune. El NIH sólo incluyen 24 enfermedades en esta estadística, por lo que este número puede no representar el número total de personas que tienen estos trastornos.
Estas son algunas de las enfermedades autoinmunes más comunes:
Las enfermedades autoinmunes pueden afectar a prácticamente cualquier persona, pero hay ciertos factores que aumentan el riesgo. Éstas incluyen:
Los síntomas de las enfermedades autoinmunes varían y dependen del tipo de la enfermedad. Aquí está una descripción rápida de algunos de los síntomas de las enfermedades autoinmunes más comunes:
Dado que muchas enfermedades autoinmunes comparten síntomas similares, el diagnóstico es a menudo difícil.
Por ejemplo, el lupus afecta a las articulaciones de una manera similar a la AR, pero tiende a ser menos grave. La enfermedad de Lyme también causa rigidez de las articulaciones y la inflamación de manera similar a AR, pero que es causada por una garrapata.
La EII tiene síntomas similares a la enfermedad celíaca, pero no es causada por el consumo de alimentos que contienen gluten.
El linfoma de células T cutáneo (LCTC) es un tipo de cáncer del sistema inmune. Es causada por una mutación de las células T y presenta síntomas tales como erupciones en la piel y comezón. El LCTC a veces se confunde en sus primeras etapas, ya que sus síntomas son muy similares a la psoriasis.
El diagnóstico de la enfermedad autoinmune difiere en función de la enfermedad específica. La artritis reumatoide, por ejemplo, puede ser diagnosticada después de un examen físico, análisis de sangre, o rayos X. Estas pruebas pueden determinar el tipo de artritis, así como su gravedad.
Algunas enfermedades a veces pueden tomar años para diagnosticar porque muchos de los síntomas de los trastornos autoinmunes imitan a otras enfermedades. Condiciones como el lupus y la enfermedad celíaca pueden ser mal diagnosticadas en sus primeras etapas debido a que sus síntomas son también muy similares a otras enfermedades.
La enfermedad de Hashimoto y la enfermedad de Graves son un poco más fácil de diagnosticar, ya que por lo general se basan en una prueba de tiroides sencilla. Esta prueba sirve para determinar los niveles de la hormona tiroidea.
Una enfermedad autoinmune generalmente se centra en el sistema inmunológico y los anticuerpos producidos por este sistema. Como resultado, el diagnóstico a menudo implica pruebas de anticuerpos específicos.
Un conteo sanguíneo completo puede solicitarse para medir la cantidad de células sanguíneas blancas y rojas. Cuando el sistema inmunológico está luchando contra algo, el número de células sanguíneas blancas y rojas se diferenciará de los niveles normales.
Otras pruebas pueden determinar si hay alguna inflamación inusual en el cuerpo. La inflamación es un síntoma que es bastante común entre todas las enfermedades autoinmunes. Estas pruebas incluyen una prueba de proteína C reactiva y una prueba de velocidad de sedimentación globular.
Un doctor debe ser visto de inmediato tan pronto como comiencen los síntomas. Mientras que los síntomas no siempre pueden ser causados por una enfermedad autoinmune, lo mejor es hacer frente a cualquier problema inmediato que esperar a que empeoren.
El tratamiento también varía en función del tipo de trastorno. Por ejemplo, la diabetes tipo 1 se basa en la terapia de insulina. La enfermedad de Addison requiere terapia de reemplazo hormonal (HRT). La enfermedad celíaca se mejora con una dieta libre de gluten. La AR a menudo tiene buena respuesta con terapia física y medicamentos anti-inflamatorios.
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