El embarazo brinda una larga lista de cosas que se deben evitar. Y para empeorar las cosas, en momentos en que la fatiga parece estar en su punto más alto, los expertos médicos recomiendan limitar el consumo de cafeína. Pero las que serán madres pueden encontrar consuelo en un nuevo estudio, que sugiere que el consumo de cantidades moderadas de cafeína, durante el embarazo, no afectará la inteligencia de sus hijos.
El estudio viene de investigadores del Hospital Nacional de Niños en Columbus, OH, y se publica en la revista American Journal of Epidemiology.
A las mujeres embarazadas se les aconseja, habitualmente, a consumir no más de 200 mg de cafeína por día, ya que la cafeína atraviesa la placenta. Aunque los cuerpos de las mujeres embarazadas pueden manejar mayores cantidades de cafeína, el metabolismo del bebé está todavía madurando y, por lo tanto, no puede metabolizar la cafeína completamente.
Además, la cafeína aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca de la madre, aspecto que no se recomienda durante el embarazo.
Los sospechosos habituales que contienen cafeína son bebidas como el té y café, pero el chocolate, refrescos y algunos medicamentos de mostrador pueden también incidir en dolor de cabeza por la sustancia.
Para investigar más a fondo cómo el consumo de la cafeína durante el embarazo podría interferir con la cognición o el comportamiento de los niños más tarde, los investigadores, dirigidos por el Dr. Mark A. Klebanoff del Hospital Nationwide Children, analizaron un marcador de cafeína en la sangre de 2.197 mujeres embarazadas.
Las mujeres eran parte del Proyecto Perinatal de Colaboración, que se llevó a cabo en varios estados en los EE.UU. entre 1959-1974 – un momento en que los investigadores dicen que el consumo de café durante el embarazo fue mayor que el de hoy, ya que había poca preocupación por la seguridad de la cafeína.
Debido a que el estudio se llevó a cabo durante una época de mayor consumo de cafeína materna, los investigadores dicen que eran capaces de evaluar una gama más amplia de ingesta de cafeína que lo harían en las mujeres embarazadas en la actualidad.
La química que los científicos investigaron fue paraxantina, que es el metabolito principal de la cafeína. Miraron a este producto químico en dos puntos en el embarazo, y compararon los niveles con la inteligencia del niño (CI) y el comportamiento a los 4 y 7 años de edad.
«No se encontró evidencia de una asociación adversa del consumo materno de cafeína durante el embarazo, respecto a la cognición o el comportamiento de los niños a los 4 ó 7 años de edad», dijo el Dr. Klebanoff, quien añade que su estudio es uno de los primeros en centrarse en cómo la exposición a la cafeína en el útero afecta el cociente intelectual y el comportamiento del niño.
Él y sus colegas, previamente, realizaron un estudio – que implicó el mismo grupo de mujeres – que encontraron que el aumento del consumo de cafeína durante el embarazo tampoco aumentó el riesgo de obesidad al niño.
Aunque el 11% de los niños en el estudio eran obesos a los 4 años, y el 7% eran obesos a los 7 años, los investigadores dijeron que no encontraron vínculos entre el consumo de cafeína por la madre y los casos de obesidad encontrados.
Al comentar sobre los hallazgos, el coautor del estudio Sarah Keim, PhD, dice:
«En su conjunto, consideramos que nuestros resultados son tranquilizadores para las mujeres embarazadas, que consuman cantidades moderadas de cafeína o el equivalente a una o dos tazas de café al día».
Para tener una idea de lo que 200 mg de cafeína representa, podemos decir que una taza de 8 onzas de café contiene aproximadamente 95 mg, mientras que una taza de té negro contiene casi 50 mg. El té verde, por su parte, contiene entre 24 a 45 mg.
El consumo de cafeína a través del chocolate, sin embargo, puede agregar sorprendentemente estos índices; en 100 g de chocolate negro hay aproximadamente 45 mg de cafeína.
Datos básicos sobre el cociente intelectual, a nivel global, relativo a la población:
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