La enorme diversidad de datos recogidos en salud, pacientes, tratamientos y enfermedades acaban por crear igual enormidad de oportunidades para explotar nuevas ideas. Ahora, este ejercicio ha dado lugar a un gran avance potencial en el tratamiento de la degeneración macular – la causa más común de ceguera entre – y no solo – los estadounidenses mayores.
Los investigadores han encontrado que puede ser posible retrasar, o prevenir, la degeneración macular utilizando L-DOPA, un medicamento administrado para tratar la enfermedad de Parkinson.
Nada menos que 1,8 millones de estadounidenses se ven afectados por la degeneración macular – a menudo referida como la degeneración macular relacionada con la edad (AMD) – un trastorno ocular asociado al envejecimiento que afecta la visión aguda y central.
La AMD afecta la mácula – la parte media de la retina que permite que el ojo pueda ver detalles finos. A medida que avanza, el centro del campo de visión se vuelve cada vez más borroso, por lo que es difícil reconocer caras, leer y conducir.
Financiado en parte por la Fundación BrightFocus – organización de investigación sin fines de lucro con sede en Clarkson, MD – el nuevo estudio es el trabajo de los investigadores de varios centros de investigación de todo los EE.UU., y se publica en The American Journal of Medicine.
El estudio tiene un enfoque novedoso para la búsqueda de un nuevo tratamiento para la AMD, y como autor principal Brian McKay, profesor asociado de investigación en Oftalmología y Ciencias de la Visión de la Universidad de Arizona, que explica:
«En lugar de mirar a lo que podría causar la AMD, nos preguntamos por qué ciertas personas se protegen, o no les afecta, la AMD. Este tipo de enfoque nunca se había hecho antes.»
El equipo comenzó con el descubrimiento de que los ojos más altamente pigmentados, o más oscuros, de color – que se sabe que son menos propensos a AMD – son más propensos a tener niveles más altos de una sustancia química llamada L-DOPA.
L-DOPA a menudo se prescribe como un tratamiento para la enfermedad de Parkinson, ya que es un precursor de la dopamina – sustancia química del cerebro que se agota en los cerebros de las personas con la enfermedad.
Los investigadores querían averiguar si las personas a las cuales se prescribe L-DOPA para el tratamiento del Parkinson u otras enfermedades, también podrían ser protegidos de la AMD. Una forma de hacerlo sería mirar a través de los datos que ya se habían recogido – un análisis retrospectivo.
El equipo primero comparó la incidencia de la AMD entre los pacientes que tomaron L-DOPA y pacientes que no tomaban el fármaco. Se analizaron los registros médicos de 37.000 pacientes de la Clínica Marshfield – sistema de salud en Wisconsin -, con dos hospitales y más de 50 ubicaciones de las clínicas.
«Este análisis reveló que los pacientes que recibieron L-DOPA, fueron significativamente menos propensos a desarrollar la AMD, y cuando lo hicieron, hubo retraso en su acometida».
Luego, los investigadores confirmaron estos primeros resultados mediante el análisis de un conjunto mucho más grande de la historia clínica, de una base de datos Truven MarketScan que cubren alrededor de 87 millones de pacientes en todo el mundo.
En el segundo análisis, más grande, el equipo encontró que tomar L-DOPA también retrasa o impide la AMD, progresando desde la forma «seca» hacia la forma «húmeda», donde los vasos sanguíneos anormales presentaban fugas de fluido o sangre en la región de la mácula, lo que resultaba en una pérdida rápida del centro de la visión.
Los investigadores concluyen que la toma de la medicación de L-DOPA parece proteger contra la AMD. Planean, ahora, iniciar un ensayo clínico para probar lo bien que puede funcionar un tratamiento de este tipo.
Datos rápidos sobre la AMD:
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