Las terapias que ayuden a la gente a comunicarse, a pesar de que estén en un estado vegetativo, podrían estar disponibles dentro de unos pocos años, según un estudio publicado en Archives of Neurology.
Investigadores de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido han descubierto que el bloqueo entre la conciencia y el movimiento encubierto intencional es causado por un daño estructural entre el tálamo y la corteza motora primaria.
Aunque se sabe que existe un número de personas que parecen no responder, pero son realmente conscientes de sí mismos y de su entorno, la razón de su incapacidad para responder se ha identificado por primera vez.
Una nueva visión de una vía cerebral vital ha permitido al equipo a comprender cómo algunos pacientes en estado vegetativo permanecen conscientes, aunque parecen estar inconscientes e incapaces de responder.
El equipo se propuso investigar los diferenciales sustratos neurales de la conducta motora abierta y encubierta, y así evaluar la integridad estructural de las redes subyacentes en los pacientes que se observan incapaces de responder.
Paciente muestra signos de respuesta
El equipo observó un paciente que había estado en un estado vegetativo durante más de 12 años, en un caso de estudio en el centro de formación de imágenes en el Cerebro y Mente Institute, de la Universidad de West Ontario en Canadá.
El paciente presentó pruebas repetidas de sensibilización encubierta a través de múltiples exámenes.
Otro paciente con variables clínicas similares, pero capaz de movimiento intencional, y 15 voluntarios sanos de control también se vigilaron por medio de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y fibra tractografía.
Los participantes debían responder a los comandos, por ejemplo, imaginar moviendo su mano en respuesta a la palabra clave «mover», mientras se media su actividad cerebral.
Los investigadores también evaluaron la integridad de las vías estructurales que conectan el tálamo con la corteza motora.
Daños en las fibras que unen el tálamo a la corteza motora
Estas vías se consideran esenciales para el éxito de la ejecución motora, ya que el tálamo es uno de los «centros de conciencia», y la corteza motora impulsa la actividad muscular voluntaria.
La razón detrás de la disociación parece ser el daño a las fibras thalamocortical de motor, las vías que conectan físicamente el tálamo a la corteza motora.
Los resultados ponen de relieve la importancia del tálamo en la realización de movimientos intencionales, proporcionando un objetivo potencial para la terapia.
Dr. Davinia Fernández-Espejo explica que un número de pacientes que parecen estar en un estado vegetativo son conscientes de sí mismos y de su entorno, y son capaces de entender el mundo que les rodea, crear recuerdos e imaginar eventos, al igual que cualquiera otra persona.
Y añade:
«El objetivo final es utilizar esta información de terapias específicas que pueden mejorar drásticamente la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, con los avances logrados en la tecnología de asistencia, si podemos ayudar a un paciente a recuperar, incluso movimiento limitado en un dedo, abrirá muchas posibilidades para la comunicación y el control de su medio ambiente «.
Se espera que el estudio dé lugar al desarrollo de terapias restaurativas para miles de pacientes. Aunque puede haber un número de años antes de desarrollar una terapia eficaz, el equipo cree que este descubrimiento representa un hito significativo.
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