Un estudio afirma que los cigarrillos electrónicos pueden ser buenos para su salud mental.
En todo el debate sobre los cigarrillos electrónicos y sus implicaciones sanitarias, un asunto todavía no ha sido comentado: las implicaciones de los e-cigarrillos para la salud mental. La nicotina tiene un historial de ser usado como tratamiento para problemas de salud mental y los estudios han encontrado que puede calmar los síntomas de varias condiciones, incluyendo el trastorno de déficit de atención, la depresión y la esquizofrenia. La nicotina se fusiona con los receptores nicotínicos, los cuales activan la liberación de varios neurotransmisores – entre ellos la serotonina y la dopamina – ambas asociadas con efectos secundarios positivos, por ejemplo, la euforia y la excitabilidad.
La investigación ha demostrado que las personas con problemas de salud mental son más propensas a fumar cigarrillos de tabaco, con mayor probabilidad de depender de la nicotina y tienen una enorme dificultad para abandonar el tabaco que aquellas personas sin problemas de salud mental. Alrededor del 90% de esquizofrénicos son fumadores y el porcentaje de aquellos con trastornos bipolar y de pánico, depresión, ansiedad y trastorno de estrés post-traumático que son fumadores es alto. Un estudio llevado a cabo por el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades en los Estados Unidos encontró que la gente con problemas de salud mental representa el 31% de los cigarrillos que se fuman en el país.
Pese a que los cigarrillos tradicionales pueden aliviar los síntomas de los trastornos mentales, también incrementan las tasas de mortalidad – un reporte de la National Association of State Mental Health Program Directors mostró que los pacientes en los hospitales psiquiátricos mueren en promedio 25 años antes que la población en general. Muchos factores contribuyen a esta diferencia, pero las enfermedades causadas por el cigarrillo tradicional pueden representar parte de esto.
Las terapias de remplazo de nicotina y los e-cigarrillos pueden ser la solución para este problema. Hay muchas “terapias para dejar de fumar” – chicles, parches y espráis – que reducen el deseo de fumar, al tiempo que permiten al fumador evitar los efectos adversos del tabaco. Dada la ausencia de tabaco y de combustión, el vapor del cigarrillo electrónico está carente de los carcinógenos que contiene el tabaco.
El profesor Peter Hajek, director del Tobacco Dependence Research Uniten Barts y de la London School of Medicine and Dentistry, Queen Mary, opina que los cigarrillos electrónicos son un avance prometedor. Él comenta: “Utilizamos algunas terapias de remplazos de nicotina tales como los parches en los pacientes, por lo que considerando a los e-cigarrillos bajo la misma perspectiva, tendría sentido utilizarlos también. Dar a los pacientes psiquiátricos acceso a los e-cigarrillos es en definitiva algo a considerar”.
Un estudio en el 2013 de la Universidad de Catania en Italia, puso esto en práctica. Demostró que los cigarrillos electrónicos pueden reducir el consumo estándar de los pacientes con esquizofrenia sin contar con los efectos adversos sobre sus síntomas esquizofrénicos – lo cual implica que los e-cigarrillos pueden ser igual de efectivos que los cigarrillos de tabaco para reducir los síntomas de la esquizofrenia.
Vapo.es, tienda online de cigarrillos electrónicos en España, y que además acaba de lanzar su tienda para la venta de cigarros electrónicos en Portugal, Vapo.pt, confirma la eficacia de estos dispositivos en sus miles de clientes. El 90 por ciento de los fumadores ha dejado de fumar tabaco por completo gracias a la utilización del cigarrillo electrónico. «Los clientes fumadores que prueban a vapear enseguida notan los beneficios. Se encuentran mejor y ven que no echan en falta el cigarrillo convencional», afirma Nicolai B. Hertz, director de marketing de Vapo.
Resulta claro que más investigación debe llevarse a cabo para determinar los efectos de los e-cigarrillos sobre los síntomas de los problemas de salud mental. Pero ya contamos con sus efectos positivos y no deberían tener objeción alguna para poder utilizarse en pacientes con enfermedades psiquiátricas.
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