Grupo de investigación sueco en el Instituto Karolinska ha sido capaz de prevenir la aparición de diabetes tipo 1 en ratones que son genéticamente susceptibles a la enfermedad. A través de la inyección de células específicamente preparadas, los investigadores lograron detener la destrucción en curso de producción de la insulina-células beta del páncreas en ratones justo antes del debut clínico de la diabetes.
Sin embargo, se sabe que los macrófagos, un tipo particular de células inmunes, tienen un papel activo en la destrucción de las células beta pancreáticas en la diabetes tipo 1. Sin embargo, los macrófagos pueden también exhibir las propiedades opuestas, estudios previos han demostrado que los macrófagos pueden proteger contra el daño mediado por la inflamación del tejido.
Las células inmunes utilizan moléculas llamadas citoquinas señalan con el fin de comunicarse entre sí, dando instrucciones de cómo las células deben actuar. En el presente artículo, publicado en la revista Diabetes científica, los investigadores tuvo como objetivo determinar que las citoquinas son necesarias para instruir a los macrófagos para convertirse en células protectoras.
«Nos las arreglamos para conseguir este objetivo, la definición de una nueva combinación de citoquinas que confieren a los macrófagos de la capacidad de proteger a los ratones de desarrollar diabetes tipo 1», dice Robert Harris, investigador principal en el Departamento de Neurociencia Clínica y con sede en el Centro de Medicina Molecular , del Instituto Karolinska. «Nunca ha sido previamente informado, que tal una terapia adoptiva de células de transferencia puede utilizarse en la diabetes tipo 1 y este estudio lo que podría representar un avance importante hacia la prevención de enfermedades»
Los investigadores utilizaron los llamados ratones NOD que son genéticamente susceptibles a desarrollar diabetes tipo 1 con facilidad entre las 12-30 semanas de edad. Los investigadores cultivaron los macrófagos a partir de progenitores de médula ósea de estos ratones. Los macrófagos maduros fueron entonces estimulados con la combinación definida de citoquinas. Cuando los ratones NOD 16 semanas de edad fueron grupos separados fueron tratados con estimuladas por citoquinas macrófagos, los macrófagos no tratados de no fueron tratados.
Los ratones fueron controlados durante otras 12 semanas post-tratamiento. Usando un tridimensional específica técnica de imagen desarrollada en la Universidad de Umeå, Suecia, el grado de inmunidad mediada por ataque de las células beta podría ser visualizado en cada grupo de tratamiento. Al final del período de seguimiento sólo 25% de los ratones que recibieron los macrófagos tratados con citoquinas se había desarrollado diabetes tipo 1, mientras que el 83% de los grupos de control se había convertido en enfermo.
«La terapia celular se inició a tan sólo 2 semanas antes de que los ratones desarrollaron diabetes clínica», dice el Dr. Harris. «En esta etapa pocas productoras de insulina-células beta en el páncreas siguen siendo, sin embargo, hemos sido capaces de proteger a éstos para que nunca los ratones desarrollaron la diabetes. Tal éxito la última etapa de intervención no ha sido previamente reportado y es un resultado importante de nuestro estudio . En el momento de su diagnóstico clínico de diabetes tipo 1, la mayoría de los individuos humanos ya han perdido la mayor parte de sus productoras de insulina-células beta. «