Fields Taylor, una niña británica de 3 años que nació muda, ha empezado a hablar tras consumir casi un kilo de queso Philadelphia por semana, lo que equivale a 4 paquetes.
La pequeña sufre de GLUT1, síndrome de deficiencia del transportador de glucosa tipo 1. Esta enfermedad no permite que la glucosa fluya a su cerebro, dejando a este sin suficiente energía. Por esta razón, los médicos le recetaron una dieta rica en grasas para que su cerebro pueda usarla como fuente de energía.
Tras tres meses de dieta, la madre de la niña, Stevie, escuchó como su hija dijo ‘mamá’ por primera vez. «Pensaba que no la oiría hablar nunca. Fue simplemente maravilloso», dice la madre, que asegura que no creía que esta nueva dieta diera resultados, ya que la posibilidad de que la niña pudiera hablar, era casi inexistente.
Además, de tomar el famoso queso en crema, Fields tiene que tomar un aceite especial, el cual aumenta el consumo de grasa. «La gente me mira cuando le doy una galleta con mucho Philadelphia», afirma la madre.
En este sentido, subraya que la dieta no es insana, ya que no contiene ni dulces ni bebidas gaseosas. «No afecta a su peso porque su cuerpo usa toda la grasa que consume sin almacenar nada», concluye la mujer.