La esquizofrenia es una enfermedad mental que puede cambiar profundamente la percepción de la realidad de un individuo. Se estima que 2.4 millones de adultos en los Estados Unidos viven con esquizofrenia, que puede causar síntomas como escuchar voces, luchar para organizar los pensamientos y tener alucinaciones y delirios visuales.
Aunque la sociedad está comenzando a discutir la salud mental de manera más abierta, gracias a iniciativas como el Mes de la Salud Mental, todavía existe un gran estigma en torno a la esquizofrenia.
Vivir con esquizofrenia también puede ser extremadamente desafiante. Las opciones de tratamiento son limitadas y los antipsicóticos, que son el tratamiento estándar de primera línea, no son efectivos en muchos pacientes.
Los medicamentos antipsicóticos también pueden tener efectos secundarios desagradables, que incluyen un aumento considerable de peso, cansancio y músculos inquietos. Un estudio incluso relacionó los fármacos antipsicóticos de primera generación con la pérdida de tejido cerebral en personas con esquizofrenia.
Sin embargo, un nuevo estudio del Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro (CBS) en Japón podría abrir un camino diferente para el desarrollo de fármacos, uno que se relacione con los cambios en el metabolismo de los lípidos.
Los hallazgos del estudio aparecen en la revista Schizophrenia Bulletin.
El estudio se centra en la materia blanca, la parte del cerebro que comprende axones que transportan impulsos nerviosos entre las neuronas. La investigación ha identificado una reducción en la materia blanca en personas con esquizofrenia.
La materia blanca recibe su nombre de su color claro, que se debe a las vainas de mielina densas en lípidos que rodean los axones, lo que facilita la conducción rápida de los impulsos nerviosos. La pérdida de mielina se asocia con una serie de afecciones neurológicas, especialmente la esclerosis múltiple.
Las moléculas grasas llamadas esfingolípidos son importantes en la formación de mielina, y estudios previos han demostrado diferencias en los niveles de estas moléculas en personas con esquizofrenia. Sin embargo, muchas preguntas permanecen sin respuesta.
Para observar la conexión entre los esfingolípidos y la esquizofrenia con más detalle, los investigadores detrás del nuevo estudio analizaron los niveles de estas moléculas en el tejido cerebral postmortem de 15 personas con esquizofrenia. Llevaron a cabo el mismo análisis en un número igual de controles emparejados por edad y sexo.
Los investigadores utilizaron la espectrometría de masas, una técnica típicamente más familiar para los químicos. Esta técnica identifica las partículas presentes en una muestra midiendo su masa, lo que hace al bombardear la muestra con electrones.
«Este fue el primer estudio psiquiátrico del cerebro post mortem en utilizar el análisis espectroscópico de masas, y nuestro descubrimiento no hubiera sido posible sin nuestra técnica integral recientemente establecida para detectar esfingolípidos», explica el Dr. Takeo Yoshikawa, líder del equipo en RIKEN CBS.
El equipo descubrió que los niveles de un esfingolípido llamado S1P eran más bajos en personas con esquizofrenia que en aquellas sin esta afección. Los niveles eran más bajos en una región del cerebro llamada cuerpo calloso, la mayor colección de materia blanca en el cerebro, que conecta sus dos hemisferios. Las anomalías en esta región podrían conducir a una comunicación irregular entre las neuronas.
Para determinar si este mecanismo es común en los trastornos mentales, los científicos también analizaron los cerebros de las personas con trastorno bipolar y trastorno depresivo mayor.
Descubrieron que los niveles de S1P en estas personas eran normales, lo que indica que la deficiencia es específica de la esquizofrenia.
Otros experimentos sugirieron que el problema puede deberse no a una producción deteriorada de S1P sino a la degradación anormal de este lípido.
Si este es el caso, diseñar medicamentos para detener la descomposición de S1P podría ayudar a tratar la esquizofrenia. El equipo espera que este hallazgo ayude a revitalizar el desarrollo de medicamentos para la afección.
«Debido a que no tenemos otro ángulo sobre las causas de la esquizofrenia, muchas compañías farmacéuticas se están retirando del desarrollo de medicamentos relacionados con la esquizofrenia. Con suerte, nuestros hallazgos pueden proporcionar el nuevo ángulo con un nuevo objetivo para el desarrollo de fármacos«. – Dr. Takeo Yoshikawa
Los investigadores dicen que es posible que el tratamiento existente de esclerosis múltiple fingolimod (Gilenya), que se dirige al receptor S1P, pueda ser efectivo, eliminando la necesidad de un largo proceso de desarrollo de fármacos.
Sin embargo, no está claro si Gilenya funcionaría como tratamiento para la esquizofrenia, y se necesita más investigación para comprender el papel exacto que desempeña S1P en la afección. El primer paso es comenzar a trabajar en animales, dice Yoshikawa.
«El siguiente paso importante es determinar con precisión qué fármacos que actúan sobre el receptor S1P son efectivos en animales experimentales», concluye.
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