Con la temporada de vacaciones en pleno apogeo, puede ser difícil no subir de peso con todos los regalos navideños y alimentos con alto contenido calórico que se ofrecen. Una serie de factores genéticos puede hacer esto aún más difícil para algunas personas, según un estudio publicado en la revista Obesity.
Hasta dos tercios de los adultos estadounidenses ya tienen sobrepeso, y un tercero se clasifican como obesos; para estas personas, el mantenimiento de peso puede ser un gran desafío.
El avance de la epidemia de obesidad ha coincidido con la abundancia de alimentos sabrosos, altamente procesados, ricos en energía y los niveles de actividad física reducida, lo que sugiere que los factores ambientales juegan un papel importante.
Sin embargo, el hecho de que algunas personas no se conviertan en obesos en este entorno, y que las respuestas a los enfoques de tratamiento varían entre individuos, sugiere que los factores genéticos también pueden tener un impacto.
Para obtener más información acerca de por qué es tan difícil evitar el aumento de peso, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) Comisión de Genes, Comportamiento y respuesta a Intervenciones de Pérdida de Peso, han creado un grupo de trabajo para examinar cómo los genes afectan el peso, tanto a nivel de comportamiento como biológicos.
El grupo se centró en los factores genéticos que conducen a la pérdida de peso y la recuperación de peso y futuras líneas de investigación identificadas y oportunidades para la incorporación de nuevas estrategias de tratamiento para bajar de peso.
La variación en la respuesta individual a las estrategias de pérdida de peso ya ha sido documentada, así como la probabilidad de que la genética ofrezca un papel clave en la eficacia de los tratamientos.
Estudios previos han identificado 150 variantes genéticas vinculadas al índice de masa corporal (IMC), circunferencia de cintura o el riesgo de obesidad. Sin embargo, se sabe poco sobre los genes que determinan por qué algunas personas llegan a perder peso más fácilmente que otras.
Qué contribuciones genéticas afectan el aumento/pérdida de peso
El equipo quería estudiar la genética de la pérdida de peso y el mantenimiento de peso con el fin de comprender la biología que subyace en la regulación del peso corporal. Esto, esperaban, podría conducir a estrategias de intervención más eficaces y específicas para medicamentos.
El grupo de trabajo identificó muchos contribuyentes genéticos potenciales de pérdida de peso y recomienda una mayor investigación.
Los factores identificados incluyen los siguientes:
- Manifestación de los genes de un individuo: las intervenciones de pérdida de peso pueden no afectar el peso total del cuerpo o IMC, pero pueden mejorar la distribución de la grasa, aumentar la masa magra o reducir la diabetes y el riesgo de cáncer, lo que sugiere que los diferentes tipos de mediciones pueden proporcionar información sobre el proceso de pérdida de peso;
- Variantes genéticas como predictores de la respuesta al tratamiento de la obesidad: algunas variantes genéticas parecen hacer tratamientos específicos más éxitosos para ciertos individuos. Por ejemplo, los que tienen un determinado alelo en el gen MTIF3 les puede resultar más fácil perder peso a través de intervenciones de estilo de vida intensivos con un enfoque en la dieta y la actividad física, mientras que una variación específica FTO puede conducir a una mayor pérdida de peso después de la cirugía bariátrica;
- Los sistemas biológicos que influyen en la ingesta de alimentos y la actividad física: epigenética (modificaciones químicas de los genes que pueden ser el resultado de la exposición a ciertos ambientes) y el microbioma intestinal (microorganismos que viven naturalmente en nuestro estómago y ayudan con el equilibrio de la función metabólica) se ha demostrado que tienen efectos duraderos en peso;
- Impacto genético de las preferencias de alimentos, comer y beber el comportamiento y la actividad física: ciertos genes pueden dar lugar a una mayor preferencia por el consumo de alimentos altos en calorías;
- Genética en la actividad física: las diferencias genéticas se han relacionado, tanto los que se ejercitan como los que no lo hacen, así como la adhesión a un plan de ejercicio y la tolerancia al ejercicio.
El autor principal, el Dr. Molly Bray, profesor de ciencias de nutrición en la Universidad de Texas-Austin, dice:
«Es fácil sentirse frustrado, especialmente durante la temporada de vacaciones, después del Año Nuevo, en que perder esas pocas libras de más ganadas durante las vacaciones no es el mayor desafío. Mantener la pérdida de peso a largo plazo puede ser el más difícil.»
Aprovechando estos resultados, dice, y la ampliación de la investigación, podría ayudar a proporcionar una medicina personalizada para la obesidad.
Una mejor comprensión de estos factores podría llevar a la precisión en tratamientos para bajar de peso con la dieta, la actividad física y otros métodos personalizados para cada individuo.
El Dr. Bray concluye que ahora entendemos mucho más sobre lo que impulsa la conducta alimentaria, como las células de grasa se forman y cómo el metabolismo de los cambios antes y después en los conjuntos de obesidad.
El siguiente paso es aplicar estos datos de manera más eficaz para el tratamiento de la obesidad y condiciones relacionadas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
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