Aspectos sociales y laborales hacen que la sociedad avance y se transforme, en algunos casos evolucionando en contra de nuestra propia naturaleza. Esto es lo que sucede con la fertilidad de las mujeres en países desarrollados.
Desde hace años la edad media en la que una mujer accede a ser madre supera con creces sus años fértiles, situados entre los 20 y los 30 años. Este retraso en la maternidad ha generado un aumento de la infertilidad y por ello un crecimiento de los tratamientos de reproducción y otras técnicas.
Tal y como nos cuenta la Doctora Alexandra Izquierdo de la clínica de fertilidad ProcreaTec de Madrid, “es una obligación médica y un compromiso ético de todos los profesionales de la medicina el informar y asesorar correctamente a nuestra población femenina. Una vitrificación de ovocitos realizada aun siendo joven evitará riesgos y problemas en el futuro”. En la clínica ProcreaTec esta concienciación no sólo se queda en meras palabras, si no que por primera vez en España coloca en su cartera de beneficios sociales a los empleados la opción de vitrificar sus ovocitos financiando en su totalidad el tratamiento.
Debemos hacer un esfuerzo y concienciar a nuestra sociedad que la preservación de la fertilidad es una opción imprescindible para aquellas mujeres que desean ser madres sin renunciar a sus ambiciones profesionales o personales. Independientemente de las otras opciones de conciliación familiar desarrolladas por las empresas, la mujer hoy en día debe conocer las ventajas y riesgos que conllevan el retraso de la maternidad. Teniendo en cuenta que hoy en día existen opciones para paliar los riesgos derivados, la mujer debe tener acceso a toda la información que pueda para elegir el camino más adecuado y garantizar una futura maternidad sana.