El Síndrome de Burnout también es llamado síndrome de desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional (SDO), síndrome del trabajador desgastado, síndrome del trabajador consumido, y un sinfín de nombres para algo tan corriente en la sociedad actual, principalmente sobre aquellos que están al cuidado de la salud de forma profesional.
¿Qué es el Síndrome de Burnout?
El síndrome de Burnout se define como un síndrome psicológico causado por el estrés emocional crónico en el trabajo. Esta es una experiencia subjetiva interna que crea sentimientos negativos y actitudes en la relación del individuo con su trabajo (insatisfacción, desgaste, pérdida de compromiso), lo que socava su desempeño profesional y trae consecuencias indeseables para la organización (absentismo, abandono de trabajo, baja productividad).
Burnout ocurre generalmente en los profesionales que se ocupan de la presión emocional constante en su día a día, y mantiene un contacto directo con las personas en situaciones de estrés, durante un largo periodo de tiempo. Por ejemplo, los profesionales de la salud, la educación, la policía, los funcionarios de prisiones, entre otros.
Estos profesionales se enfrentan a factores de estrés en el lugar de trabajo, además del contacto interpersonal intenso y continuo. El trabajo de los profesionales de la salud se basa en la articulación de las dimensiones: técnica, éticos y políticos, así como la comprensión y la gestión para hacer frente a la vida y la muerte.
Cómo ocurre
El factor de estrés, en los campos que sean, físicos o psicológicos, activan el sistema neuroendocrino.
Inicialmente no es la implicación del hipotálamo que estimula la liberación de hormonas de la glándula pituitaria, incluyendo la hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que estimula las glándulas suprarrenales para producir y liberar el cortisol y la adrenalina, llamadas hormonas de estrés.
Hormonas del estrés
El síndrome involucra tres componentes, que pueden aparecer relacionados pero independientes:
El agotamiento emocional – falta de energía asociada con la sensación de agotamiento emocional. El profesional siente que no puede gastar más energía para desarrollar sus actividades.
Despersonalización – indiferencia a las actividades cotidianas de trabajo, la presencia de actitudes y comportamientos de cinismo y el engaño emocional negativo, para el tratamiento de las personas como si fueran objetos.
La falta de implicación con el trabajo o la baja satisfacción laboral – sentimiento de fracaso, baja autoestima, la motivación y la infelicidad en el trabajo, que afecta hasta a la habilidad y destreza.
Las 12 etapas de agotamiento:
- Necesidad de afirmarse – llegar a ser capaz de cualquier cosa, siempre;
- Dedicación intensificada – con predominio de la necesidad de hacer todo usted mismo;
- Descuido de las necesidades personales – comer, dormir, salir con los amigos comienzan a perder el sentido;
- Solución de conflictos – el portador se da cuenta de que algo está mal, pero no enfrenta el problema. Es cuando hay manifestaciones físicas;
- Re-interpretación de los valores – el aislamiento, escapar de los conflictos. Lo que antes tenía valor, se deprecia: ocio, hogar, amigos, y la única medida de la autoestima es el trabajo;
- Negación de los problemas – en esta etapa los demás están completamente devaluados y vistos como incapaces. Los contactos sociales son rechazados, el cinismo y la agresión son los signos más evidentes;
- Reservas – aversión a los grupos, reuniones – el comportamiento antisocial;
- Cambios evidentes en el comportamiento – la pérdida del humor, no se aceptan los comentarios, antes tomados como naturales;
- Despersonalización – nadie parece tener valor, ni siquiera la persona afectada. La vida se limita a acciones mecánicas y lejos del contacto social – prefieren correos electrónicos y mensajes;
- Vacío por dentro – sensación de desgaste y todo resulta ser difícil y complicado;
- Depresión – marcas de indiferencia, la desesperanza, el agotamiento. La vida pierde su sentido;
- Y, por último, el propio síndrome de desgaste, que corresponde al colapso físico y mental. Esta etapa se considera urgente una ayuda médica y psicológica.
Manifestaciones y síntomas
El desarrollo de este síndrome se debe a un proceso gradual de la tensión emocional y desmotivación acompañado de manifestaciones físicas y psicológicas.
Se manifiesta a través de cuatro dimensiones sintomáticas: físicas, mentales, emocionales y de comportamiento.
Los principales síntomas: cansancio emocional, despersonalización y reducida realización profesional; fatiga; dolor; la inmunodeficiencia; disfunción sexual, la desconfianza, irritabilidad, pérdida de iniciativa, tendencia al aislamiento.
Señal de enfermedad avanzada: migrañas, insomnio, gastritis y úlceras, diarrea, ataques de asma, palpitaciones, hipertensión, dolor muscular, alergias e infecciones, depresión, aumento del consumo de café, alcohol, barbitúricos, y los cigarrillos.
Tratamiento
Una vez evaluado y constatado el síndrome, el tratamiento se lleva a cabo a través del psicoterapeuta.
En algunos casos, se requiere el uso de medicamentos como los antidepresivos que actúan contra la ansiedad y moderadores de la tensión, y siempre deberá ser prescrito por la evaluación médica de un profesional.
Si nota algunos de los síntomas, no permita que se haga cargo de su vida. Hay casos en que este síndrome ocasiona profunda depresión e incluso pensamientos suicidas. Por lo tanto, al identificar algunos de los síntomas, busque las soluciones tan pronto como sea posible, incluyendo la orientación de expertos.