El síndrome de Diógenes es una condición de conducta para la cual el conocimiento es escaso y que suele asociarse con otras afecciones, como la demencia.
Las personas con síndrome de Diógenes a menudo muestran una auto-negligencia grave, aislamiento social, acaparamiento, y pueden vivir en condiciones insalubres.
Una persona con el Síndrome de Diógenes puede desarrollar una condición de la piel llamada dermatitis pasiva, donde una corteza córnea se desarrolla sobre la piel. Esto se debe generalmente a la falta de higiene regular.
Dado que el síndrome de Diógenes está normalmente vinculado a otras afecciones y no se entiende completamente, no figura como enfermedad psiquiátrica en el actual Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5ª Edición (DSM V).
El Síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que afecta generalmente a personas de edad avanzada y que viven solas. Se caracteriza por el abandono personal y social total, aislamiento voluntario en el propio hogar y la acumulación en él de grandes cantidades de basura y desperdicios domésticos inservibles. Se observa mayormente en ancianos, hombres o mujeres y cualquier condición social o económica.
Sin embargo, el síndrome de Diógenes es más común entre las personas con inteligencia por encima del promedio, que tienen más de 60 años y que viven solas.
Aproximadamente el 0,05% de los estadounidenses de 60 años de edad o más pueden tener el síndrome de Diógenes. Se considera raro, pero hay una falta de investigación sobre su prevalencia.
Hay dos formas de síndrome de Diógenes: primaria y secundaria.
En los casos primarios, el síndrome no es desencadenado por otras condiciones médicas que una persona ya tiene. En casos secundarios, el síndrome es el resultado de otros trastornos de salud mental.
El síndrome de Diógenes también se conoce como síndrome de ruptura social senil o grave, síndrome de auto-negligencia, síndrome de escamosa senil y síndrome de casa sucia.
Los síntomas de la enfermedad varían, pero hay un grupo de características comunes que pueden estar presentes.
Éstas incluyen:
Los signos y síntomas del síndrome de Diógenes son a menudo difíciles de distinguir de los de otras condiciones médicas tales como:
Todavía se están realizando investigaciones para mejorar la comprensión del síndrome de Diógenes.
La mayor parte de lo que se conoce sobre la condición se basa en estudios de casos psicológicos. Algunas fuentes estiman que al menos la mitad de todos los casos ocurren en pacientes sin condiciones previas de salud mental.
Cuando no está asociado con otra condición médica, el síndrome de Diógenes puede ser provocado por un evento traumático o estresante, como la muerte de un ser querido.
Durante estos períodos, las actividades cotidianas como el cuidado personal tienden a ser interrumpidas o pasadas por alto. La falta de auto-cuidado, el aislamiento social extremo y la negligencia tienden a distinguir el síndrome de Diogenes de la silogomania.
Debido a que hay poca investigación específica disponible, las complicaciones de salud, sociales y mentales relacionadas con el síndrome de Diógenes son poco conocidas.
Sin embargo, se cree que el síndrome aumenta la probabilidad de muerte.
No existe un diagnóstico formal o un plan de tratamiento para el síndrome de Diógenes.
Algunos estudios recomiendan recopilar la historia médica y psicológica completa de un paciente y realizar un examen físico, análisis de sangre y pruebas de función de órganos para elaborar una línea de base de salud.
Algunos médicos también pueden hacer pruebas de imagen para descartar la presencia de otras condiciones que pueden causar síntomas similares. Otros médicos llevan a cabo evaluaciones de la personalidad, que pueden arrojar luz sobre la causa raíz del síndrome.
Actualmente, no hay medicamentos ni opciones terapéuticas reconocidas o recomendadas específicamente para el cuidado o tratamiento del síndrome de Diógenes. Los medicamentos diseñados o prescritos para tratar otras condiciones médicas pueden ayudar a aliviar los síntomas, como la paranoia o la manía.
Los factores psicológicos también deben ser tomados en cuenta, ya que a menudo conducen al desarrollo o la continuación del síndrome. A veces es necesario un tratamiento o terapia psicológica agresiva.
Estos tratamientos funcionan mejor junto con otros sistemas de apoyo diseñados para tratar la causa subyacente del síndrome. Por ejemplo, los servicios de limpieza y cuidado personal pueden ayudar a disminuir la gravedad de los síntomas.
Como las personas con síndrome de Diógenes frecuentemente temen a los establecimientos médicos, el tratamiento es a menudo llevado a cabo por trabajadores de salud en el hogar o de atención comunitaria. Las complicaciones éticas y legales pueden complicar el tratamiento ya que los pacientes pueden persistir en rechazar la intervención médica.
Debido a puntos de vista sobre cuestiones como la auto-higiene y la seguridad varían entre las personas y las culturas, muchos de los síntomas del síndrome de Diógenes también pueden ser difíciles de evaluar y tratar de manera objetiva.
Los casos de síndrome de Diógenes deben ser cuidados con extrema sensibilidad por todos los involucrados. Si un paciente se siente atacado, juzgado o inseguro como resultado de la intervención, es más probable que rehúse más ayuda y vuelva a los comportamientos anteriores.
Ayudar a una persona que tiene síntomas de Diógenes puede ser un desafío.
La mayoría de las personas que padecen del síndrome tienen la condición de rechazar la ayuda incluso de los miembros de la familia y amigos cercanos.
La tendencia hacia el aislamiento y la ansiedad social significa que muchos casos de síndrome de Diógenes tardan mucho tiempo en identificarse y tratar.
Las personas con interacciones inmediatas o forzadas son a menudo los primeros en detectar casos de la enfermedad. Estos incluyen vecinos, familiares cercanos y trabajadores de la salud mental.
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