El Trastorno por Déficit en Atención e Hiperactividad – TDAH – es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta a millones de niños en todo el mundo y, a menudo, continúa en la edad adulta. Los tres tipos principales del TDAH son: predominantemente hiperactivo/impulsivo, predominantemente inatento y combinado.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estiman que el 11% de los jóvenes de 4 a 17 años en los Estados Unidos padecen el TDAH.
Los CDC también estiman que en los Estados Unidos, los chicos tienen casi 3 veces más probabilidades de ser diagnosticados con TDAH que las niñas. Esto ha llevado a la creencia equivocada entre muchos padres, cuidadores y maestros de que el TDAH es un «trastorno de los chicos» y que rara vez ocurre en las niñas.
El Instituto de la Mente Infantil afirma que las niñas pueden permanecer sin diagnosticar porque sus síntomas son diferentes a los niños y no se acoplan a los signos y síntomas más evidentes.
Los principales signos y síntomas del TDAH pueden aplicarse tanto a niños como a niñas, pero los siguientes síntomas están particularmente asociados con las niñas:
Las niñas con TDAH que no son diagnosticadas con el trastorno hasta la edad adulta están en riesgo de desarrollar otras condiciones. También es más probable que enfrenten uno o más de los siguientes desafíos:
La Dra. Ellen Littman, co-autora de Understanding Girls with ADHD, dice que si una niña con TDAH se deja sin diagnosticar, o no se trata al entrar en la adolescencia y en la edad adulta, casi inevitablemente encontrará una «variedad de problemas de adaptación».
Esto puede conducir a uno o más trastornos adicionales, como depresión, ansiedad o un trastorno alimentario como la bulimia.
Las mujeres con TDAH son más propensas a participar en el comportamiento sexual de alto riesgo y desarrollar adicción a sustancias, de acuerdo con la Dr. Littman.
Además, las mujeres con TDAH pueden experimentar estrés crónico, y esto puede aumentar su riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés, como la fibromialgia – un trastorno que causa cansancio y dolor en los músculos.
Según la Dra. Kathleen Nadeau, «Las niñas con TDAH no tratadas corren el riesgo de sufrir baja autoestima crónica, bajo rendimiento, ansiedad, depresión, embarazo en la adolescencia y fumar temprano durante la escuela intermedia y secundaria».
Ella agrega que, en la edad adulta, es más probable que enfrenten «divorcio, crisis financieras, monoparentalidad de un niño con TDAH, nunca completar la universidad, el subempleo, el abuso de sustancias, trastornos de la alimentación, y el estrés constante debido a la dificultad en la gestión de las demandas de la vida cotidiana».
Esto puede llevar a un rendimiento inferior en varios aspectos de la vida.
Los primeros signos de que una niña podría tener TDAH son los siguientes:
Una serie de factores pueden poner a un niño o adolescente en mayor riesgo de desarrollar TDAH.
Éstas incluyen:
Los chicos son más propensos que las niñas a recibir un diagnóstico de TDAH, pero esto puede deberse a que la afección a menudo se presenta de manera diferente en las niñas. Los síntomas pueden ser menos evidentes y pueden no coincidir con los estereotipos comunes asociados con el TDAH.
La investigación indica que mientras que la mayoría de los chicos con TDAH tienden a expresar su frustración física y verbalmente, las niñas son más propensas a internalizar su ira y dolor.
La investigación realizada por el Dr. Stephen Hinshaw, autor de The ADHD Explosion, concluye que las niñas con TDAH de tipo combinado (hiperactivo-impulsivo y desatento) son significativamente más propensas a auto-lesionarse o intentar suicidarse.
Sin embargo, alrededor del 40% de las niñas superan sus síntomas hiperactivos e impulsivos en la adolescencia.
Si los cuidadores piensan que una niña tiene TDAH, deben consultar a un pediatra, un médico de familia o un profesional de la salud.
Algunos pediatras tienen una formación especializada en comportamiento y desarrollo, y muchos tienen al menos un interés especial en el área. Otros especialistas incluyen psiquiatras infantiles, psicólogos y terapeutas ocupacionales.
Otros contactos útiles pueden ser encontrados a través de:
Un médico puede recetar medicamentos, psicoterapia o ambos, pero los cuidadores también pueden alentar a la niña a manejar su TDAH de varias maneras.
Éstas incluyen:
A medida que la niña entra en la adolescencia y se vuelve más independiente, probablemente necesitará apoyo para ayudarla a regular su propio comportamiento.
Esto puede incluir:
El TDAH puede ser difícil de diagnosticar, en parte porque una gama de otras condiciones tienen síntomas similares.
Estas condiciones incluyen:
Puede ser necesario descartar estas condiciones antes de diagnosticar el TDAH.
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