Los resultados del estudio clínico START, dirigido por el Dr. Steve Gitelman (Universidad de California, San Francisco) y patrocinado por la Red de Tolerancia Inmune (ITN), se publican hoy en la revista The Lancet Diabetes y Endocrinología. El estudio no cumplió con su objetivo principal: a los 12 meses, la producción de insulina, medida por la respuesta de péptido C, no mostró diferencias en la disminución general entre los grupos de tratamiento y de placebo.
Timoglobulina ®, actualmente autorizada para el tratamiento de rechazo de órganos trasplantados, es una forma de globulina antitimocito (ATG), una mezcla de proteínas especializadas llamadas anticuerpos. Estos anticuerpos se unen a los glóbulos blancos conocidos como células T, lo que interfiere con su función y eliminar de manera temporal de la circulación sanguínea.
Durante el desarrollo de la diabetes tipo 1, las células T destruyen erróneamente las células beta del páncreas, que secretan la insulina. Investigadores ITN hipótesis de que tratar la diabetes de nueva aparición del tipo 1 con timoglobulina perturbaría la activación de células T y puede inducir tolerancia.
El estudio START Fase II incluyó 58 pacientes diabéticos tipo 1 de 12 a 35 años de edad. Los pacientes fueron aleatorizados 2:1 para recibir tratamiento con ATG o placebo. Los pacientes en el grupo de ATG recibieron infusión intravenosa de ATG durante 4 días consecutivos en el inicio del estudio, los pacientes en el grupo de placebo recibieron solución salina. A intervalos de 6 meses, los investigadores midieron la producción de insulina de los pacientes en ambos grupos. El estudio es el primer estudio riguroso y controlado con placebo, multicéntrico de ATG terapia en pacientes con diabetes de tipo 1 de inicio.
Además de la inspección el grupo de tratamiento ATG reveló dos tipos distintos de cambio durante el período de 12 meses. La mayor parte de la disminución de la función de las células beta se produjeron durante los primeros 6 meses. Curiosamente, esta tasa inicial de deterioro de la función se limitaba a los pacientes más jóvenes (de 12 a 21 años), mientras que los pacientes de más edad (mayor de 21 años de edad) casi no mostraron reducción de los niveles de referencia en la producción de insulina en los últimos 12 meses. Casi todos los pacientes en el grupo de tratamiento experimentaron enfermedad del suero y el síndrome de liberación de citoquinas tras infusiones ATG, y los investigadores sugieren que esta temprana inducción de citoquinas puede haber dado lugar a la pérdida desfavorable de la función de células beta, sobre todo en los pacientes más jóvenes.
Los análisis de muestras de sangre de los pacientes revelaron que las células T disminuyó rápidamente después de la administración de ATG, en consonancia con el conocido mecanismo de acción del fármaco. Sin embargo, los investigadores observaron diferencias notables entre los dos subtipos específicos de células T durante los primeros 6 meses: el nivel de células T de memoria efectoras, mediadores importantes de la inflamación, no se redujo, mientras que el nivel de células T reguladoras, que son beneficiosos en la supresión inmune ataque, se redujeron.
El seguimiento de los pacientes en este estudio puede aportar datos adicionales sobre las diferencias en la respuesta a la ATG, y sugerir biomarcadores de seguridad y eficacia que se utilizarán en los futuros ensayos de aparición de diabetes tipo 1. Las muestras clínicas de alta calidad obtenidos a través del estudio también serán un importante recurso para el descubrimiento de puntos de vista sobre los mecanismos de la enfermedad y la identificación de vías para orientar en futuros estudios.
globulina antitimocito, GALT