Un nuevo giro a la vieja idea de no dejar que nada se desperdicie. De acuerdo con un pequeño estudio holandés, contiene miles de millones de bacterias útiles se pueden donar de una persona a otra para curar una infección grave, bacteriana común y recurrente.
«Clostridium difficile sólo crece cuando las bacterias normales están ausentes», explicó el autor del estudio, el Dr. Keller Josbert, gastroenterólogo de Hagaziekenhuis Hospital, en La Haya. Las heces de un donante, se mezcla con una solución de sal llamada salina, puede ser inculcado en el sistema intestinal del enfermo, casi como paracaidismo de un equipo de comandos en territorio enemigo. En la persona sana, las bacterias intestinales son abundantes y diversas ir trabajan en cuestión de días, acabando con la C. difficile que los antibióticos no han podido matar, según el estudio.
«Todo el mundo hace bromas sobre esto, pero para los pacientes hace una gran diferencia», dijo Keller. «La gente está desesperada».
La investigación, publicada 16 de enero en el New England Journal of Medicine, demostró que la infusión de las heces donante fue significativamente más eficaz en el tratamiento de la infección por C. difficile recurrente que era vancomicina, un antibiótico.
De los 16 participantes en el estudio, 13 (81 por ciento) de los pacientes tuvieron una resolución de la infección después de una sola infusión de las heces y otros dos fueron curados con un tratamiento de seguimiento.
El enfoque no es nuevo, pero esta investigación es el primer ensayo controlado hecho nunca, según el doctor Ciaran Kelly, profesor de medicina de la Harvard Medical School y autor de un editorial que acompaña el estudio. En informes anteriores se han realizado estudios de casos sencillos, que se consideran menos concluyentes.
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