Una nueva investigación sugiere que un compuesto natural encontrado en las fresas y otras frutas y verduras podría ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad.
Investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla, CA y colegas, encontraron que el tratamiento con fisetina en los modelos de ratón geneticamente envejecidos, condujo a una reducción en el deterioro cognitivo y la inflamación cerebral.
La autora principal del estudio, Pamela Maher, del Laboratorio de Neurobiología Celular de Salk, y sus colegas, publicaron recientemente sus hallazgos en The Journals of Gerontology Series A.
La Fisetina es un flavanol presente en una variedad de frutas y verduras, incluyendo fresas, caquis, manzanas, uvas, cebollas y pepinos.
La fisetina no sólo actúa como un agente colorante para las frutas y verduras, sino que también ha indicado que el compuesto tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que puede ayudar a limitar el daño celular causado por los radicales libres. También se ha demostrado que la fisetina reduce la inflamación.
Durante los últimos 10 años, Maher y colegas han llevado a cabo una serie de estudios que demuestran que las propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias de la fisetina podrían ayudar a proteger las células cerebrales contra los efectos del envejecimiento.
Uno de estos estudios, publicado en 2014, encontró que la fisetina reduce la pérdida de memoria en los modelos de ratón con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, ese estudio se centró en los efectos de la fisetina en ratones con el Alzheimer familiar, que los investigadores señalan sólo representa hasta el 3% de todos los casos de Alzheimer.
Para el nuevo estudio, Maher y su equipo buscaron determinar si la fisetina podría tener beneficios para la enfermedad de Alzheimer esporádica, que es la forma más común que surge con la edad.
Prueba de fisetina contra el Alzheimer esporádico
Para llegar a sus hallazgos, los investigadores probaron fisetina en ratones que habían sido genéticamente modificados para envejecer prematuramente, resultando en un modelo de ratón con la enfermedad de Alzheimer esporádica.
Cuando los ratones envejecidos prematuramente tenían 3 meses de edad, se dividieron en dos grupos. Un grupo recibió una dosis de fisetina con su alimento todos los días durante 7 meses, hasta que alcanzó la edad de 10 meses. El otro grupo no recibió el compuesto.
El equipo explica que a los 10 meses de edad, los estados físico y cognitivo de los ratones eran equivalentes a los de los ratones de 2 años de edad.
Todos los roedores fueron sometidos a pruebas cognitivas y de comportamiento durante todo el estudio, y los investigadores también evaluaron los ratones para los niveles de marcadores vinculados al estrés y la inflamación.
Los investigadores encontraron que los ratones de 10 meses de edad que no recibieron fisetina mostraron un aumento en los marcadores asociados con el estrés y la inflamación, y también se comportó significativamente peor en las pruebas cognitivas que los ratones que fueron tratados con fisetina.
«A los 10 meses, las diferencias entre estos dos grupos eran sorprendentes», señala Maher.
En los cerebros de los ratones no tratados, los investigadores encontraron que dos tipos de neuronas que suelen ser anti-inflamatorios – astrocitos y microglia – en realidad estaban promoviendo la inflamación. Sin embargo, este no fue el caso de los ratones de 10 meses tratados con fisetina.
Es más, los investigadores descubrieron que el comportamiento y la función cognitiva de los ratones tratados eran comparables con los de ratones no tratados de 3 meses de edad.
Otros estudios justificados
Los investigadores creen que sus hallazgos indican que la fisetina puede conducir a una nueva estrategia preventiva para el Alzheimer, así como otras enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad.
«Sobre la base de nuestro trabajo en curso, pensamos que la fisetina podría ser útil como un preventivo para muchas enfermedades neurodegenerativas asociadas con la edad, no sólo con la enfermedad de Alzheimer, y nos gustaría alentar un estudio más riguroso de la misma», dice Maher.
Sin embargo, los investigadores señalan que los ensayos clínicos humanos son necesarios para confirmar sus resultados. Esperan asociarse con otros investigadores para satisfacer esta necesidad.
«Los ratones no son personas, por supuesto, pero hay suficientes similitudes que creemos que la fisetina garantiza una mirada más cercana, no sólo para el tratamiento potencialmente esporádico de la enfermedad de Alzheimer, sino también para la reducción de algunos de los efectos cognitivos asociados con el envejecimiento en general», explicó Pamela Maher.
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