Los parásitos de la malaria se depositan en la piel cuando se alimenta un mosquito infectado. Rápidamente se dirigen al hígado donde se desarrollan durante varios días antes de avanzar al torrente sanguíneo, un paso peligroso donde se multiplica y corre desenfrenado. En esta etapa, los síntomas pueden incluir fiebre, falla multiorgánica y potencialmente la muerte.
La investigación, publicada hoy en Cell Host & Microbe, se basa en el descubrimiento de 2016 que demostró la existencia de células T que residen en el hígado y pueden proteger eficazmente contra la malaria, lo que condujo al desarrollo de la estrategia de vacunación ‘cebar y atrapar’ . Esta vacuna funciona en dos etapas. La primera, una etapa de ‘cebado’, pone en marcha la respuesta inmune, impulsando el ejército de células T específicas para la malaria en el cuerpo y ayudando a atraerlas al hígado. La segunda etapa de ‘atrapamiento’ atrae una gran cantidad de estas células T hacia el hígado y luego las convierte en células T residentes en el hígado para proteger permanentemente el hígado de la infección de malaria.
El equipo de investigación, codirigido por el profesor Bill Heath de la Universidad de Melbourne y el Dr. Daniel Fernández-Ruiz del Instituto Doherty (una empresa conjunta entre la Universidad de Melbourne y el Hospital Royal Melbourne) y la profesora asociada Irina Caminschi del descubrimiento de biomedicina Monash Instituto: cree que este avance avanza en nuestra comprensión de los requisitos para la inmunidad protectora contra la malaria; Una pregunta importante que ha estado desconcertando a los científicos durante décadas.
El Dr. Fernández Ruiz dijo que identificar antígenos específicos que pueden usarse en una vacuna ha sido un desafío enorme en la investigación de la malaria.
«Con más de 200 millones de casos de malaria cada año y casi medio millón de muertes, muchos de ellos niños menores de cinco años, la necesidad de una vacuna contra la malaria es urgente», dijo el Dr. Fernández Ruiz.
«Nuestro descubrimiento es un importante paso adelante en nuestros esfuerzos para producir una vacuna eficaz y eficiente, que proteja completamente a los ratones contra la infección por parásitos de la malaria».
La profesora asociada Irina Caminschi dijo: «Al desbloquear el parásito y diseñar un ejército de células inmunes listas para matar las células infectadas por el parásito, efectivamente cortamos la enfermedad de raíz».
«Este estudio ha abierto la puerta a nuevas investigaciones, como la identificación de antígenos de malaria equivalentes que protegen a los humanos, y nos acerca un paso más al desarrollo de una vacuna eficaz contra la malaria», concluyó.
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